La noticia de que el Gobierno nacional planea usar la figura del ex ministro de Salud, Ramón Carrillo, para ilustrar un nuevo billete de $5.000 generó un fuerte revuelo y despertó críticas dentro de la comunidad judía. Sin embargo, la polémica en torno a su supuesto antisemitismo parece estar llegando a su fin.
Ayer, las autoridades de la DAIA mantuvieron una reunión con familiares del ex ministro de Juan Domingo Perón y reconocieron que por el momento no han surgido elementos que demuestren que haya tenido simpatías por el nazismo.
“Si aparece alguna prueba la vamos a poner en conocimiento de la familia y vamos a salir a condenarlo. Por ahora las pruebas no están. Nosotros no vamos a condenar a nadie en base a supuestos”, explicó a Infobae Jorge Knoblovits.
No obstante, el presidente de la asociación judía aclaró que la investigación “sigue abierta” y ya han pedido informes al Museo del Holocausto y los investigadores de su propio centro de estudios.
El encuentro fue solicitado por Facundo Carrillo, nieto del ex ministro, quien es secretario de Atención Ciudadana y Gestión Comunal del Gobierno porteño. También participaron, vía Zoom, el secretario general de la asociación, Alejandro Zuchovicki, el secretario confederal Gabriel Anmuth y el tesorero Marcos Cohen.
Todos escucharon los argumentos de la familia y analizaron las pruebas que presentaron. Entre ellas se encontraba un cofre de plata que el Estado de Israel le obsequió en 1954, cuando dejó la función pública. El presente fue entregado por el ministro de Salud de Israel, Joseph Serlin, en reconocimiento a su labor sanitaria y a su apoyo al reconocimiento del naciente estado judío.
Por otro lado, aportaron unos textos del historiador israelí Salomón Chichilnisky. “Era el mejor amigo de mi abuelo y le salvó la vida dos veces: primero a raíz de su hipertensión y después porque le enviaba dinero para comprar comida cuando estaba exiliado y sus bienes habían sido expropiados por la Revolución Libertadora”, detalló el nieto a Infobae.
Según explicó Facundo, su familia se vio sacudida durante los últimos días por las acusaciones públicas y por eso decidieron hablar primero con quienes se hayan podido sentir ofendidos para “mostrarles que no era cierto”.
Las primeras manifestaciones en contra habían surgido desde el Centro Simón Wiesenthal, una institución dedicada a la memoria del Holocausto y la lucha contra el antisemitismo. “Ramón Carrillo también fue un admirador de Hitler”, denunció su director, Ariel Gelblung.
Luego se sumaron el presidente del Museo del Holocausto, Claudio Avruj, y los embajadores de Israel, Galit Ronen, y del Reino Unido, Mark Kent.
La familia Carrillo se comunicó con las autoridades del Centro Simón Wiesenthal y también con el ex secretario de Derechos Humanos. Facundo asegura que los primeros contestaron con evasivas, no presentaron pruebas y tampoco se retractaron. “Armaron flor de lío y ahora no están. Es una actitud irresponsable decir eso y después no sostenerlo ni retractarse”, señaló.
En cambio, reconoció que habló telefónicamente con Avruj, con quien tiene buena relación, y recibió las disculpas correspondientes. Cabe destacar que a pesar de que ambos integraron el gobierno de Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires, Avruj no sabía del parentesco.
Tanto las autoridades del Centro Wiesenthal como Claudio Avruj fueron contactados por Infobae pero evitaron hacer comentarios.
“Esperemos que pronto se termine este debate insólito y descabellado, con o sin billete. A nosotros lo único que nos interesa es que dejen a nuestro abuelo en paz, que no está para defenderse”, concluyó Facundo.
Dado que el presidente Alberto Fernández descartó públicamente que el gobierno tenga planeado usar su figura, por el momento la polémica parece haber llegado a su fin.