El nuevo superpoder que le atribuyen a Kim Jong-un

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Para muchos líderes autoritarios provenientes del cine y de los rincones más oscuros de la historia, la idea de contar con un programa nuclear en ascenso, misiles balísticos con la capacidad de llegar a casi cualquier parte del mundo y el culto a la personalidad a través de un Estado omnipresente sería más que suficiente.

Pero Kim Jong-un, autoridad política, espiritual y moral máxima de Corea del Norte, no lo cree así. Por eso el joven dictador fue más allá y ha logrado también controlar el clima.

Al menos así lo reporta la también cinematográfica agencia estatal KCNA, que acostumbra a enviar cables cargados de poesía e historias fantásticas que tienen como protagonista a Kim.

La semana pasada el líder visitó la cumbre del sagrado Monte Paektu, 2.744 metros sobre el nivel del mar, vestido con su habitual traje negro, zapatos de cuero bien lustrado y un saco cruzado. No necesitó botas, ni abrigo ni tampoco un sombrero que pudiera arruinar su peinado, furor en Corea del Norte.

En diciembre la montaña suele estar cubierta por los fuertes vientos y una nieve que cae constantemente, pero cuando Kim Jong-un alcanzó el pico se dio «una escena maravillosa llena de júbilo ante la aparición del gran maestro», señaló KCNA. «El buen clima no tenía precedentes», en un claro homenaje a Kim quien «controla a la naturaleza», agregó.

«Sus ojos reflejaban los intensos haces de una gran y talentosa persona que observa en el espíritu majestuoso del Monte Paektu la aparición de una nación socialista poderosa que dinámicamente avanza llena de vigor y sin vacilaciones frente a cualquier viento sucio y delirante que lanza el planeta», consideró KCNA, con una frustrada mirada puesta en el premio Nobel de Literatura recibido por Kazuo Ishiguro el domingo.

El monte Paektu es un volcán activo en la frontera entre China y Corea del Norte que constituye el centro de la mitología revolucionaria del país. Allí estaban las bases de la guerrilla del fundador Kim Il-sung, que peleó primero contra la ocupación japonesa, entre 1910 y 1945, y luego contra las tropas de Estados Unidos y Corea del Sur, durante la Guerra de Corea.

Allí también habría nacido Kim Jong-il, padre del actual mandatario y también maestro del clima. Y la montaña no fue ajena a su muerte en, el 17 de diciembre de 2011.

Así lo reportó KNCA: «Se observaron maravillas naturales en el Monte Paektu. El hielo se quebró en el lago Chon con un fuerte estruendo, el agua registró una temperatura de 22,4 grados bajo cero y había una fuerte tormenta de nieve y viento. Por la mañana la tormenta de repente cesó, el cielo se puso rojo y los picos comenzaron a brillar. Una inscripción del líder que decía ‘Monte Paektu, sagrada montaña de la revolución, Kim Jong-il’ brilló también. Los picos resplandecientes pudieron ser vistos hasta el 19 de diciembre».

El culto a la personalidad es uno de los elementos centrales en la política de este país que desde 1948 ha sido gobernado por abuelo, padre y nieto. Los Kim han sido transformados en deidades por el aparato de propaganda y por una narrativa impulsada por el Estado, que controla todas las áreas de la sociedad.

Para algunos expertos, esto es tanto una característica propia de la cultura coreana como una influencia de la ocupación ejercida por Japón, país que hasta 1945 veía a su emperador como un dios hecho humano que descendía del sol.

De cualquier manera, este culto adquiere en Corea del Norte un gusto especial por lo fantástico y exagerado a la hora de considerar las capacidades del líder.

Otros «milagros» de Kim

Por ejemplo, KCNA anunció en 2015 que Kim Jong-un había desarrollado una droga milagrosa, basada en el ginseng y otros elementos, que puede curar una lista nada despreciable de males: SIDA, ébola, cáncer, enfermedades coronarias, impotencia, el resfriado, epilepsia, hepatitis y diversas enfermedades venéreas. Otro guiño a la mirada parcial de la Academia Sueca.

El precoz Kim Jong-un también aprendió a conducir un auto a los 3 años y a navegar a los 9.

Pero el líder de 33 años aún tiene mucho por recorrer para alcanzar los logros de su padre, a pesar de haber conseguido este año dominar los elementos.

Por ejemplo debe aún superar la marca de 1.500 libros publicados y seis óperas estrenadas, cada una «mejor que cualquier otra de la historia», por Kim Jong-il, así como también el récord de 11 hoyos en uno en un mismo día jugando al golf o la ausencia total de necesidades fisiológicas.

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