El Gobierno de Alberto Fernández se ilusiona con poder presentar en sociedad el nuevo Tango 01 a mediados de marzo. Pero antes, el flamante avión presidencial debe someterse a una serie de reparaciones en un taller en Luisiana, Estados Unidos, ya que algunos de sus componentes está al límite de su vida útil, según pudo saber TN de fuentes oficiales.
Se trata de un procedimiento habitual en las aeronaves cuyas partes se vencen con el uso y el paso del tiempo. El Boeing 757-256 que adquirirá el país fue fabricado en el 2000 y de acuerdo al contrato, la firma dueña de la aeronave, C&L Aviatión Group, debe entregarlo con todos sus componentes en correcto funcionamiento.
“Entre el 15 y el 28 de febrero el taller en Luisiana se comprometió a tenerlo listo. Ahí se va a inspeccionar nuevamente y si está todo de acuerdo a lo hablado se avanza con la papelería y los pagos”, explicó a este medio una fuente de la Presidencia, que reconoce que el proceso de entrega de la aeronave “no viene con la velocidad que quisiéramos”. Las autoridades esperaban tener la unidad en el país para enero pasado.
Es que la Casa Rosada espera que la llegada del nuevo avión al país sirva para que Alberto Fernández “siga poniendo en valor su gestión”. En la Casa Rosada resaltan las “bondades” de esta compra por un total de U$S 25 millones. Dicen que el precio de la unidad es bajo y que además se consiguió entregar el Tango 01 como parte de pago. De hecho, este medio mostró por última vez el avión antes de ser entregado.
El avión se encuentra por estos días en los talleres de Citadel Completions, en Luisiana. Allí se lo somete a una boroscopía en sus motores y en la Unidad de Potenciar Auxiliar (APU), otro motor que genera energía eléctrica en la unidad. Este medio pudo saber que son varias las novedades técnicas a resolver, y todos los gastos corren por cuenta de la empresa proveedora, es decir, la actual propietaria de la aeronave.
Una vez que se hayan reemplazado estos viejos componentes y que la unidad esté lista, un equipo de la Secretaría General de la Nación -que tiene a su cargo la flota presidencial- viajará a los Estados Unidos para inspeccionar el avión, un procedimiento que podría durar hasta una semana y luego se realizará un vuelo de comprobación, para verificar que todo funcione correctamente.
Este vuelo se realizará con pilotos provistos por la empresa dueña del avión, que se hará cargo de cualquier fallo o inconveniente que pueda surgir con la unidad, que aún tiene matrícula de los Estados Unidos. Todo el proceso será observado por la OACI, un organismo internacional contratado por el Estado argentino para que garantice la transparencia en el proceso de compra. Es una especie de agencia de aviones que le acerca al cliente las ofertas que entienden, se adaptan a sus requerimientos.
Si tras el vuelo no se presentan novedades, la Secretaría General gira el dinero a la OACI para que esta luego se lo envíe a C&L Aviatión Group. El Gobierno deberá pagar US$22.230.000, además del viejo Tango 01. La operación se realizará mediante un incremento presupuestario y un financiamiento de la Corporación Andina de Fomento (CAF) por 12 millones de dólares a 10 años.
El proveedor luego debe liberar la documentación para que el cliente pueda cancelar la matrícula del avión y generar una nueva para el país de destino. Antes de partir para la Argentina, la unidad se someterá a un proceso de pintura que se extenderá por 10 días. Así es como se espera que para marzo esté en el país. La pintura tendrá la configuración de Presidencia.
El aparato identificado con la matrícula N7575AG tiene capacidad para 39 pasajeros, un dormitorio principal con todas las comodidades, y otros dos dormitorios de visitas que se pueden adaptar como salas de reuniones. El avión puede volar sin escalas hasta Europa o Estados Unidos.
Fuente: tn