El Obispo Bokalic pidió a la comunidad misionera de La Salette dejarse reconciliar con Dios

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La comunidad de la parroquia Nuestra Señora de La Salette celebró su fiesta patronal en una ceremonia que fue presidida por el Obispo Vicente Bokalic quien pidió a los presentes, «ustedes que son una comunidad misionera no pierdan nunca el camino, dejense reconciliar con Dios que sale al encuentro para tendernos una mano».

La celebración se desarrolló con el lema  “En comunidad María nos anima a caminar juntos” y fue concelebrada por Sacerdortes Misioneros de La Salette y de la Diócesis de Santiago del Estero.

En su homilía el bispo Bokalic destacó: «Hay cosas que nos unen en este tiempo de tantas divisiones, donde nuestro aire está enrarecido, la sociedad en general está cambiada ante la incertidumbre que hay. Pensemos y tomemos de ejemplo a nuestros abuelos que han afrontado infinidad de crisis y se han puesto de pie».

«La lacra de la droga y las adicciones se nos ha metido en la sociedad, cuántas familias están sufriendo, cuántos chicos están sin escuelas, cuántos jóvenes sin horizonte y a pesar de todo ello estamos reunidos por Jesús y la Virgen María que nos convocaron para darnos su gracia y poder vivir con dignidad nuestra fe».

También subrayó, «ustedes que son una comunidad misionera no pierdan nunca el camino, dejense reconciliar con Dios que sale al encuentro para tendernos una mano. Él sabe de nuestras miserias y nos quiere dar luz, por ello pensó en nosotros cuando nos entregó a María como nuestra Madre».

«María -prosiguió- es la Madre que nos lleva a Jesús porque nos quiere enseñar ese amor  para que podamos vivirlo, experimentar ese amor que da vida, que sana, que purifica. Ella no lo reemplaza, es el camino más cercano para llegar a Jesús».

Finalmente destacó: «Tendremos situaciones difíciles, pero aún así cuando salimos de nosotros mismos Dios nos regala la esperanza; el mejor antídoto para la depresión es salir al encuentro del hermano porque necesitamos compartir para empezar a sanar. Cuando más demos el Señor nos dará las fuerzas para ser sus sembradores. Pidamos entonces a nuestra Madre de La Salette que guíe nuestro camino hacia el encuentro de tantas familias que nos necesitan».

Posteriormente el padre Fernando Altamiranda agradeció al Obispo y a sus pares por el acompañamiento en esta fiesta tan importante para la Congregación de La Salette; lo propio hizo con la comunidad parroquial por trabajar incansablemente y vivir con gran devoción el mes patronal.

En ese contexto, los sacerdotes y hermanos salettenses colocaron flores a la imagen de María y recordaron, junto a los fieles, a todos los pastores que pasaron por el templo bandeño desde sus inicios.

 

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