El opositor ruso Alexey Navalny acusó este jueves al presidente Vladimir Putin de estar «detrás» de su envenenamiento y garantizó que volverá a Rusia en cuanto esté recuperado, pero el Kremlin rechazó la acusación y aseguró que el dirigente está contactado con los servicios de inteligencia occidentales y «recibe instrucciones de la CIA».
«Afirmo que Putin está detrás de este acto; no veo otra explicación», declaró Navalny en una entrevista publicada hoy por el semanario alemán Der Spiegel, la primera que concede tras salir del hospital alemán donde fue tratado de su envenenamiento.
Estas acusaciones coinciden con una cumbre en Bruselas, en la que se abordará una posible respuesta de la Unión Europea (UE) a Rusia por este asunto.
Alemania detenta la presidencia de la UE este semestre y amenazó a Moscú con sanciones. La jefa de Gobierno alemana, la canciller Angela Merkel, fue personalmente a visitar a Navalny al hospital de Berlín adonde fue llevado desde Rusia para ser tratado.
«Mi deber ahora es seguir siendo el que soy, alguien que no tiene miedo. ¡Y no tengo miedo!, afirmó el principal opositor al Kremlin en su entrevista, informó la agencia de noticias AFP.
Navalny, de 44 años, confirmó también su intención de volver a Rusia en cuanto esté totalmente recuperado.
«No voy a hacer a Putin el regalo de no volver a Rusia», dijo, explicando que desea recuperarse «lo más rápido posible» para regresar.
«No volver significaría que Putin logró su objetivo», agregó.
Rusia, en tanto, tomo la iniciativa en la disputa por el envenenamiento del activista y aseguró el Kremlin dispone de información de que el opositor se contacta con los «servicios de inteligencia occidentales» y recibe instrucciones de la CIA.
«Efectivamente tenemos esta información, incluso puedo decir específicamente que estos días con él trabajan especialistas de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU», dijo Dmitri Peskov, el portavoz de Putin.
«No es la primera vez que le dan distintas instrucciones», agregó ante periodistas.
El 20 de agosto pasado, Navalny se sintió mal durante un vuelo de la ciudad rusa de Tomsk a Moscú, lo que obligó a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia en Omsk, Siberia, donde fue hospitalizado y puesto en coma inducido.
Los médicos rusos dijeron que el opositor había sufrido un trastorno metabólico provocado por una fuerte caída del nivel de azúcar en la sangre.
Dos días después fue trasladado al hospital Charité de Berlín en un avión fletado por una ONG, luego que la esposa del opositor se reuniera con Putin para permitirle el traslado a Alemania.
El 24 de agosto, el hospital Charité informó que los datos del examen clínico apuntaban a un envenenamiento, aunque el agente concreto todavía quedaba por determinar.
Tres laboratorios europeos afirmaron después que había sido víctima de un envenenamiento con una sustancia neurotóxica de tipo Novichok, creada en la época soviética con fines militares.
Varios países occidentales pidieron a Rusia una investigación del caso.
Moscú ha rechazado hasta ahora todas las acusaciones y cualquier vinculación con el presunto envenenamiento.
Recientemente, el Kremlin aseguró que era libre de volver a Rusia. Pero paralelamente al activista le congelaron cuentas y confiscaron la parte del departamento que posee en Moscú, mientras estaba en coma en Alemania.
Fuente: telam