En el día en que la Iglesia celebra a la Virgen María en su Inmaculada Concepción, el papa Francisco expresó este domingo 8 de diciembre, ante las 20 mil personas presentes en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus que “las obras de misericordia se hacen en silencio, en secreto, sin jactancia”, reflexionando sobre el espíritu de servicio expresado por “Yo soy la sierva del Señor”, con que María respondió al ángel que le pidió que se convirtiera en la madre de Jesús.
A las 20 mil personas presentes en la Plaza de San Pedro para recitar el “Ángelus, en el día en que la Iglesia se dedica a la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, Francisco enfatizó que” la disponibilidad para Dios se encuentra en la disposición de asumir las necesidades del prójimo. Todo esto sin clamor ni ostentación, sin buscar lugares de honor, sin publicidad, porque la caridad y las obras de misericordia no necesitan ser exhibidas como un trofeo”.
Francisco explicó que frente a la solicitud del ángel, “María no se pierde en tantos razonamientos, no obstaculiza al Señor, sino que se confía fácilmente y deja espacio para la acción del Espíritu Santo. Inmediatamente pone a disposición de Dios todo su ser y su historia personal, para que la Palabra y la voluntad de Dios puedan darles forma y completarlos. Por lo tanto, correspondiendo perfectamente al plan de Dios para ella, María se convierte en la “toda bella”, la “toda santa”, pero sin la más mínima sombra de autosatisfacción. Ella es humilde, es una obra maestra, pero sigue siendo humilde, pequeña, pobre. En ella se refleja la belleza de Dios, que es todo amor, gracia, don de sí mismo “.
“También me gusta enfatizar, continuó, la palabra con la que María se define en su entrega a Dios: se profesa ‘la sierva del Señor’. El “sí” de María a Dios asume desde el principio la actitud de servicio, de atención a las necesidades de los demás. El hecho de la visita a Isabel, que sigue inmediatamente a la Anunciación, lo atestigua. La disponibilidad para Dios se encuentra en la voluntad de asumir las necesidades de los demás”.
“Incluso en nuestras comunidades, estamos llamados a seguir el ejemplo de María, practicando el estilo de discreción y ocultamiento. La fiesta de nuestra Madre nos ayuda a hacer de nuestra vida un “sí” a Dios, un “sí” hecho de adoración a Él y de gestos diarios de amor y servicio”.
Finalmente, el Papa recordó que esta tarde irá a Santa Maria Mayor para rezarle a la Virgen y luego a la Plaza de España “para el tradicional acto de homenaje al pie del monumento a la Inmaculada Concepción. Les pido, concluyó, que se unan a mí espiritualmente en este gesto, que expresa una devoción filial a nuestra Madre celestial”.
Después de la recitación de la oración mariana, el Papa recordó que “mañana se realizará una reunión en París de los presidentes de Ucrania, Rusia y Francia y del canciller federal de Alemania, conocido como ‘formato Normandía’, para buscar soluciones al doloroso conflicto en progreso desde hace años en el este de Ucrania. Acompaño la reunión con una oración intensa, se necesita paz allí, y los invito a hacer lo mismo, para que esta iniciativa de diálogo político contribuya a llevar la paz en la justicia a ese territorio y su población”. +
AICA