El papa Francisco criticó hoy «las nuevas formas de colonialismo» al referirse a la «terrible injusticia» que obliga a millones de personas a vivir en barrios marginales, durante su visita esta mañana al barrio de Kangemi, de Kenya, donde viven unas 100.000 personas y que fue su última visita a ese país antes de arribar este mediodía a Uganda.
En su tercer día de visita al continente africano y hablando en una iglesia de madera, Francisco aseguró que «los responsables de la situación que viven los habitantes de los barrios marginales son las minorías a las que sólo les preocupa el poder y el dinero, pero no el bien común», según consigna la agencia DPA.
Francisco criticó la «injusta distribución de la tierra, los alquileres injustos por casas en mal estado» y la falta de infraestructura básica, como el abastecimiento de agua. Ese tipo de situaciones son «una consecuencia de nuevas formas de colonialismo» y de una «cultura del despilfarro», advirtió.
Además, alabó los valores de la «resistencia» y la «solidaridad» en los barrios pobres, que la «sociedad opulenta, anestesiada por un consumo desenfrenado parece haber olvidado».
En un emotivo discurso, una de las vecinas del barrio pidió al papa que intercediese por los habitantes de Kangemi ante el Gobierno. «Las personas que viven en asentamientos informales en Kenia no tienen acceso al agua, a menudo está racionada, es de mala calidad o no se puede beber», lamentó Pamella Akwede.
«Negar el agua a una familia con algún tipo de pretexto burocrático es una gran injusticia, sobre todo cuando se saca provecho de esa necesidad», dijo por su parte Francisco, advirtiendo que las personas son más importantes que «el dios del dinero».
Los pobres «tienen un lugar especial en mi vida y en mis decisiones», aseguró el líder de la Iglesia católica. «Estoy aquí porque quería que supiesen que sus alegrías y esperanzas, sus miedos y aflicciones no me son indiferentes».
Una de las monjas que trabaja en Kangemi informó al papa sobre los problemas del lugar y también criticó a la Iglesia. «Debemos estar más presentes en estos barrios», reclamó, recordando que sólo un cuatro por ciento del personal religioso trabaja en los «slums» de Nairobi, donde vive la mayor parte de la población de la ciudad.
Francisco habló después a los jóvenes en el estadio de Kasarani, donde su discurso, ofrecido en español, se centró en la corrupción y la radicalización. La falta de educación y el desempleo hace que muchos jóvenes sean seducidos y reclutados por los radicales, advirtió. «Si un joven no tiene trabajo, ¿qué futuro le espera? Ahí entra la idea de dejarse reclutar», alertó.
Agencia Télam, ANSA, DPA