Con su mano sobre una ventana de la residencia de Santa Marta y una mirada profunda hacia la cámara, el papa Francisco apareció hoy en los kioscos franceses, como protagonista de la portada de Paris Match, medio al que le dio una extensa entrevista.
En la entrevista realizada por la periodista Caroline Pigozzi, el pontífice abordó varios temas, como el problema del cambio climático, las guerras y su rol en el escenario internacional. Hacia el final de la nota, la entrevista se tornó más intimista.
«No he abandonado completamente mi ropa negra ni el clergyman debajo de la sotana banca», dijo, y manifestó su deseo de «poder caminar en las calles de Roma, una ciudad muy bella», como lo hacía en sus épocas en Buenos Aires.
«Siempre he sido un cura de la calle. Los encuentros más importantes y su predicación tuvieron lugar en la calle», expresó.
«Seguro me gustaría también comer una buena pizza con amigos, pero sé que no es fácil, es casi imposible», agregó el Papa.
«Lo que no me falta nunca es el contacto con la gente», reparó. «Veo a mucha gente, mucha más que en Buenos Aires -completó- y eso me alegra. Cuando abrazo a un fiel, sé que Jesús me abraza».
La Nación