En medio de un gigantesco operativo de seguridad, el papa Francisco llegó este jueves a Nueva York, la segunda escala de su histórica gira por los Estados Unidos, donde tendrá una agenda cargada de actividades.
En una ciudad blindada a raíz del encuentro anual de mandatarios en la Asamblea General de las Naciones Unidas, Francisco arribó en su propio «Air Force One», un avión de American Airlines especialmente acondicionado por su visita, bautizado «Shepherd One», es decir «Pastoral Uno».
Lo esperaba un nutrido grupo de obispos y una banda de jazz tocando música en la pista. Allí estuvo apenas minutos, ya que enseguida se subió a un helicóptero que lo trasladó a un helipuerto de Manhattan, cercano al punto de su primera actividad.
Su primera actividad en la Gran Manzana fue en una iglesia, donde encabezó unas oraciones con el clero local en la emblemática catedral de Saint Patrick.
La impresionante iglesia, ubicada en la Quinta Avenida (entre las calles 50 y 51), a pasos del Rockefeller Center, estuvo casi blindada por un gigantesco operativo de seguridad para cuidar a Francisco.
El plato fuerte, como lo fue su discurso en el Capitolio en Washington, será recién este viernes.
Es que el Sumo Pontífice hablará ante la asamblea de la ONU, marcando un hito más en su gira que comenzó en Cuba y concluirá en Filadelfia.
Después de eso, visitará una escuela en Harlem, oficiará un servicio interreligioso en el memorial del 11-S y paseará en su papa móvil por el Central Park.
Su estadía en Nueva York finalizará con una misa masiva en el Madison Square Garden a la que se accede sólo por invitación.