El «Pata» Medina denunció que recibió golpes en la cárcel de Ezeiza

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Se sabe, en el Penal Federal de Ezeiza están encarcelados buena parte de los ex funcionarios y empresarios kirchneristas ligados a presuntos actos ilícitos. El ex vicepresidente Amado Boudou, y el «zar del juego», Cristóbal López, son solo dos ejemplos.

Alojado bajo el mismo pabellón que ellos y bajo el programa Intervención para la Reducción de Índices de Corruptibilidad (IRIC), también está preso un ex capo sindical, del que ya poco se habla, pero que es el único de las «celebridades» que se resiste a las requisas sorpresivas que los responsables de la unidad ordenan de manera periódica para controlar a los reos. Se trata del ex el jefe de UOCRA seccional La Plata, Juan Pablo «Pata» Medina. La negativa del «Pata» habría llegado a tal extremo que, al parecer, los penitenciarios debieron hacer uso de la fuerza para doblegar la resistencia del mastodonte gremial que ingresó a la unidad con más de 140 kilos de pesos.

Medina acusa haber recibido al menos dos «garrotazos» por parte de los carceleros que le solicitaron quedarse quieto y en un rincón mientras revisaban las pertenencias del acusado por los presuntos delitos de extorsión, asociación ilícita y lavado de activos. Así se lo comunicó a su abogado, un viejo conocido del SPF. Se trata nada más ni nada menos que de Víctor Hortel, el ex Director Nacional del SPF durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Hortel ya anunció que visitará a su cliente para escuchar de primera mano los presuntos golpes que recibió y corroborar si, como asegura el detenido, quedaron marcas en su cuerpo. De ser así, según confiaron a Infobae desde el estudio legal del ex jefe del SPF, denunciará presuntos «apremios ilegales», ante la justicia de La Plata que investiga al ex líder sindical.

Desde el SPF prefirieron no hacer declaraciones al respecto. Sin embargo, este medio pudo saber que, en realidad, la queja del «Pata» proviene por la rigurosidad de las requisas. Quizás creyó que al ser cliente del ex director nacional del SPF iba a conseguir morigerar algunas obligaciones que en Ezeiza cumplen todos a rajatabla.

Creador del polémico «Vatayón Militante», a través del cual se organizaban supuestas actividades culturales como murgas y fiestas de disfraces con presos de alto perfil, como violadores y asesinos, Hortel no dejó una buena imagen ante quienes eran sus subordinados y hoy estaría a punto de denunciar.

«Negro de Mierda. Peronista. Pincharrata. Abogado penalista. Orgullosamente K». Así se definía Hortel en su perfil de Facebook. Ese es, según él mismo interpreta, su ADN.
Jaime y su «vamos a volver»

Las quejas de los penitenciarios por las actitudes hostiles de Medina no son nuevas. Desde su primer día de ingreso a la Unidad penitenciaria, el 27 de septiembre pasado, el gremialista no oculta su desagrado ante los carceleros a los que suele llamar «milicos» o «botones HdP» y hacerles la vida imposible.

Una actitud absolutamente distinta a la que se observa entre los otros presos, como podría ser el empresario patagónico Lázaro Báez; el ex secretario de Obras Públicas Julio López; el amigo y socio de Boudou, José María Núñez Carmona ; el ex secretario de Trasporte Ricardo Jaime, el ex secretario Legal y Técnico de Presidencia de la Nación, Carlos Zannini; o incluso Mario Segovia más conocido como «El rey de la efedrina», entre otros.

Por el contrario, todos ellos, inclusive el piquetero y dirigente social Luis D’ Elia, preso pero en el Penal de Marcos Paz junto a Fabian de Sousa, el socio comercial de López, se muestran predispuestos a seguir las órdenes y rutinas dispuestas por las autoridades de la Unidad.

Cada uno con sus características, tratan de pasar el mal trago lo mejor que pueden. Jaime, por ejemplo, se regodea diciéndole a los oficiales que responden al programa IRIC «vamos a volver, vamos a volver». Lo hace en forma de cántico de cancha de fútbol, o acto militante.

Lázaro Báez, el otrora poderoso empresario de las obras públicas de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, se lamenta en voz alta por tener sus cuentas embargadas y no poder vender ni siquiera una de sus 50 camionetas de Austral Construcciones para contar con una mayor liquidez de efectivo.

El ex vicepresidente es el que más noticias consume a través de la televisión. No puede evitar señalarse cada vez que los noticieros muestran su imagen en pijama mientras le leían la orden de detención en su departamento de Puerto Madero o cuando escucha las largas horas de exposición de testigos en la causa Ciccone. Por lo general viste remera y pantalón de jogging gris. Barbudo y de cabello largo y canoso, el entonces joven dilecto de Cristina Fernández, no «empercha» como hace un puñado de años atrás.

Boudou tiene un objetivo urgente: que sus abogados consigan su excarcelación.Quiere estar en libertad, o al menos en prisión domiciliaria antes de ser papá.

Zannini, quien estuvo a unos pocos puntos de ser electo vicepresidente en la fórmula presidencial que lideraba el hoy diputado Daniel Scioli, es quien más visitas recibe.  Ayer por la mañana, por ejemplo, ingresaron a verlo actuales funcionarios de la gobernación de Santa Cruz.

En coincidencia, o no, con la llegada de Cristóbal López, ex cabeza del Grupo Indalo, que tenía bajo su órbita el canal de noticias C5N y Radio 10, entre otros, ayer estuvieron por Ezeiza Juan Bautista Mahiques, el subsecretario de Relaciones con el Poder Judicial y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, y Patricio Henderson, el Secretario Ejecutivo del Consejo Federal Penitenciario y uno de los mayores impulsores de que cada vez más detenidos accedan al Sistema de Monitoreo de Arresto Domiciliario a través de tobilleras electrónicas, la misma que ya solicitó el abogado de Amado Boudou para el ex vicepresidente de la Nación. Un beneficio que, hasta ahora, la justicia le negó.

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