Todos los economistas advertían sobre el proceso recesivo que afecta a la economía argentina, producto del impacto de las medidas tomadas en los primeros meses de gobierno, como salir del cepo cambiario, eliminar la mayor parte de las retenciones a las exportaciones y suspender transitoriamente los pagos de la obra pública, mientras que las medidas de ingreso se postergaban por la estacional apertura de las paritarias sobre el final del segundo trimestre. Si a eso se agrega la crisis de Brasil, no sorprende que el Indec haya estimado una caída del PBI del 3,4% en comparación con el segundo trimestre de 2015, cuando había aumentado 3,8 por ciento.
Fue la primera baja desde el último cuarto de 2014 y la más intensa desde tramo julio a septiembre de ese año, cuando la generación de riqueza se derrumbó 4,2%, según la serie ahora en revisión.
En cambio, sorprendió el Indec con la estimación para el segundo trimestre del corriente año de una contracción del consumo privado de apenas 0,1% y de 2% en el caso del consumo del sector público, porque de los datos del organismo oficial de estadística surgieron drásticas baja de la demanda de las familias, tanto en el conjunto de los supermercados, centros de compras y locales de venta de artefactos para el hogar.
Puede ocurrir que la sensación de recesión del consumo privado esté muy afectada porque un año antes, en plena campaña para las elecciones nacionales y exagerada expansión del gasto público y elevado ritmo de emisión de dinero, el indicador mostraba un crecimiento a ritmo superior a 7%, en comparación con el recesivo 2014. Pero esa interpretación parece muy débil y el «Informe de Avance del Nivel de Actividad» del Indec, con estimaciones provisorias del PBI y de la oferta y demanda global, con el agregado de las importaciones y exportaciones, no ayuda a despejar las dudas y las críticas que disparará ese dato.
«La evolución macroeconómica del segundo trimestre de 2016 determinó, de acuerdo con las estimaciones provisorias, una variación en la oferta global, medida a precios de 2004, de menos 1,2% con respecto a igual período del año anterior, debido a la baja de 3,4% del PBI y de un incremento de 8,7% de las importaciones de bienes y servicios reales. En la demanda global se observó una variación de menos 1,9% en las exportaciones de bienes y servicios reales y una caída de 4,9% en la formación bruta de capital fijo. El consumo público registró una caída de 2,0%, mientras que el consumo privado bajó 0,1%», comunicó el Indec.
El organismo de estadística estimó que «la formación bruta de capital fijo, según estimaciones provisorias, experimentó en el segundo trimestre una variación negativa de 4,9% respecto de igual período del año anterior».
Como ya lo habían anticipado los indicadores parciales, el principal determinante de la disminución de la inversión fue el derrumbe de la construcción en 15,7% de la inversión, dado que con la salida del cepo cambiario y la mayor agilidad del comercio exterior, se reactivó la demanda de maquinaria y equipo en 5,3%, principalmente de origen importado, en tanto y la compra de equipo de transporte se redujo.
Dentro de maquinaria y equipo, el componente nacional decreció un 4,2% mientras que el componente importado aumentó un 11,9%. El componente nacional de equipo de transporte aumentó un 1,9% y el importado decreció un 5,1 por ciento.