La ex número uno del mundo Serena Williams acaparó de nuevo toda la atención en Flushing Meadows a pesar de haber perdido la final del Abierto de Estados Unidos frente a la joven japonesa Naomi Osaka (6-2, 6-4), en un partido marcado por controversias y penalizaciones.
Wiliams, que se quedó a las puertas del séptimo título del Abierto de Estados Unidos, y del vigésimo cuarto de Grand Slam, acusó directamente al juez de silla,el portugués Carlos Ramos, de «sexismo», durante la rueda de prensa tardía que ofreció tras el partido.
Ramos le dio tres violaciones en el segundo set: la primera una advertencia sobre el entrenamiento; el segundo es un punto de penalización por romper su raqueta; y la tercera una pena de juego por abuso verbal luego de que ella lo llamara «ladrón».
«Me quitó un punto después de que alegaba que estaba haciendo trampa, y yo no estaba haciendo trampa. Tuve una buena conversación con él y la misma le explique que me conoce y no soy el tipo de persona que hago trampa porque antes prefiero perder», explicó Williams. «Luego cuando me senté hasta admití que pudo parecer que recibí entrenamiento, pero no lo vi».
La estadounidense reconoció que no sabía si cambiaría las cosas que hizo si tuviese la oportunidad de rectificar: «Definitivamente no puedes retroceder en el tiempo», comentó la tenista de 36 años. «No puedo sentarme aquí y decir que no diría que es un ladrón porque pensé que me había quitado un juego».
«He visto a otros hombres llamar a otros árbitros varias cosas. Estoy aquí luchando por los derechos de las mujeres y por la igualdad de las mujeres y por todo tipo de cosas», aseguró la menor de las hermanas Williams. «Creo que el quitarme un juego por ser mujer cuando le dije ‘ladrón’ es algo sexista. Nunca le quitó un juego a un hombre porque le dijeron ‘ladrón'».
Luego argumentó que su protesta podría servir de ejemplo para las personas que tengan emociones y quieran expresarlas con total libertad: «Siento que el haber pasado por esta experiencia es solo un ejemplo para la siguiente persona que tiene emociones, quiera expresarse y desee ser una mujer fuerte. Se le permitirá hacerlo por lo de hoy. Tal vez no funcionó para mí, pero va a funcionar para la próxima persona».
Al margen de la polémica y su visión personal de lo sucedido en el campo con su comportamiento, Williams reconoció que Osaka, de 20 años, fue la mejor en el partido y se mereció ser la nueva campeona del Abierto de Estados Unidos.
«Por eso pedí al público que dejase de abuchear en la entrega de los trofeos. Era su gran momento. Ella (Osaka) jugó un partido increíble. Se merecía todo el crédito y ganar. Al final del día, eso es lo que era y lo que realmente cuenta».
Fuente: Infobae