El presidente sirio, Bashar al Assad, y su esposa, Asma, dieron positivos de coronavirus, pero se encuentran «bien» y su condición es «estable», según se informó este lunes oficialmente.
«Continuarán con su trabajo durante su periodo de aislamiento en su domicilio, que durará de dos a tres semanas», precisó la Presidencia en un comunicado.
Al Assad, de 55 años y su esposa, de 45, se sometieron a un test de diagnóstico tras «haber notado síntomas leves similares a los de la Covid-19», dijo la nota, informó la agencia de noticias AFP
El Ministerio de Salud sirio había dado cuenta a principios de mes de un «aumento en los contagios por coronavirus» y había instado a «respetar cuidadosamente las medidas de precaución».
Siria, devastado tras diez años de guerra, comenzó a vacunar contra el coronavirus el mes pasado.
Por ahora, el país recibió 5.000 dosis de una vacuna china para vacunar a 2.500 trabajadores sanitarios, según el diario Al Watan, cercano al Gobierno.
Siria también ha autorizado la vacuna rusa Sputnik V, según su embajada en Moscú, y se beneficiará además del sistema Covax, puesto en marcha por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para suministrar vacunas a los países con menos recursos.
Las zonas que están bajo control de las autoridades de Damasco, dos tercios del país aproximadamente, registraron hasta ahora casi 16.000 casos de coronavirus y algo más de 1.000 fallecidos, según cifras oficiales.
Sin embargo, médicos y organizaciones humanitarias estiman que los números reales son muy superiores, debido sobre todo al escaso número de test de diagnóstico.