En medio de una tensión creciente entre el Reino Unido y Argentina, el príncipe Gillermo de Inglaterra llegó hoy a las Malvinas para completar su formación militar durante seis semanas, un gesto que ha irritado a Buenos Aires.
El Ministerio de Defensa del Reino Unido confirmó hoy la llegada del duque de Cambridge, de 29 años y segundo en la línea de sucesión al trono británico, a las islas del Atlántico Sur, después de que los medios hubieran especulado sobre su partida este miércoles.
Un viaje de «rutina» para los británicos en el que el nieto de la reina Isabel II realizará tareas de copiloto de helicópteros de rescate en la base aérea de Mount Pleasant.
«El teniente de vuelo Gales (apellido que toma Guillermo) ha llegado a las islas Malvinas como parte de un equipo de búsqueda y rescate formado por cuatro personas para una operación de rutina», señaló Defensa, que indicó que el príncipe asumirá su puesto tras un periodo de «familiarización».
Provocación. Argentina, que reclama la soberanía de las islas de titularidad británica, ha calificado la presencia del príncipe como un acto de «provocación» y de «bravuconería», mientras que el Reino Unido ha acusado en semanas anteriores a Buenos Aires de «colonialismo».
El cruce de acusaciones se produce en un momento especialmente delicado, dos meses antes de que se cumpla el 30 aniversario de la guerra de las Malvinas, que empezó después de que los militares argentinos ocuparan las islas el 2 de abril de 1982 y terminó el 14 de junio de ese año con la rendición argentina.
En ese conflicto murieron 255 británicos, tres isleños y 649 argentinos.
Pero no es solo la presencia de un futuro rey de Inglaterra en las islas, en manos británicas desde 1833, lo que irrita a Argentina.
Londres anunció esta semana que enviará próximamente a las Malvinas uno de sus buques de guerra más modernos, el destructor «HMS Dauntless», Tipo 45.
Los militares británicos insisten en que el despliegue del buque -equipado con misiles antiaéreos de alta tecnología Sea Viper- es parte de la presencia habitual que la Royal Navy (Marina) tiene en el Atlántico Sur.
Boudou. Desde Argentina, las reacciones han sido sin embargo acaloradas y su vicepresidente, Amado Boudou, acusó hoy al Gobierno del Reino Unido de tratar de «tapar» asuntos internos, como el desempleo y el separatismo escocés, con «bravuconadas» en relación a las islas Malvinas.
«El colonialismo como estructura política es una vergüenza que nuestra humanidad guarda del siglo XVII y XVIII. Quedan muy pocos enclaves y uno es Malvinas», apuntó Boudou en referencia a la actitud británica respecto a las islas.
Por su parte, en Londres se ve con preocupación los últimos intentos de Buenos Aires de hacer notar su malestar por el dominio británico de las islas.
Especialmente desde que varios países latinoamericanos decidieron bloquear la entrada a sus puertos de barcos con bandera de las Malvinas durante una cumbre celebrada el pasado diciembre en Montevideo.
Bloqueo. Diplomáticos británicos creen que Argentina trata de organizar un bloqueo económico a las Malvinas e impedir la salida del único vuelo que une a esas islas con el continente americano.
La información desvelada anoche por el periódico británico «The Guardian» señala que el temor es que se cancele el vuelo de la aerolínea LAN Chile que une semanalmente la localidad chilena de Punta Arenas con Port Stanley, en las Malvinas, por presiones del Gobierno de Cristina Fernández.
Ese es el único enlace de las islas Malvinas con América del Sur y el principal que une con el exterior a los habitantes del archipiélago en el Atlántico Sur, unas 3.000 personas, además de otro vuelo con Londres vía la isla de Ascensión.
La cancelación de esta ruta sería interpretada por el Reino Unido como un claro bloqueo económico de la población civil de las islas.
En Londres, continúan los gestos y las acciones. Hace dos semanas, el primer ministro británico, David Cameron, informó al Parlamento de que había convocado al Consejo Nacional de Seguridad de su país para tratar la situación en el Atlántico Sur y acusó a Argentina de «colonialismo» por reclamar la soberanía
Fuente: La Voz del Interior