En medio de la creciente tensión con Javier Milei, el expresidente Mauricio Macri convocó a una reunión con su mesa chica para definir la posición del PRO sobre el proyecto para modificar los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) que se debatirá esta semana en el Congreso. Según confirmó TN, el espacio decidió no dar quorum en la sesión de este martes y votar en contra si el kirchnerismo logra los números para avanzar en el recinto.
El encuentro tuvo lugar este lunes por la tarde, desde las 16, en la Ciudad de Buenos Aires. Participaron, además de Macri, los gobernadores Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Nacho Torres (Chubut); el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri; los diputados Cristian Ritondo, Diego Santilli y María Eugenia Vidal; los intendentes Soledad Martínez (Vicente López, también vicepresidenta del PRO nacional), Guillermo Montenegro (Mar del Plata); el secretario general del partido, Facundo Pérez Carletti; y el estratega y asesor Fernando De Andreis.
Según el comunicado oficial, el PRO también marcó su postura sobre determinados puntos de la gestión libertaria. Entre ellos, exigieron el tratamiento de la Ley de Democratización Sindical que presentaron integrantes de su bloque, pidieron una sesión especial para aprobar la Ley de Ficha Limpia la semana que viene y aseguraron que no van a poner “en riesgo la gobernabilidad” de esta gestión.
El encuentro se dio en un contexto de creciente malestar en las filas amarillas. Gobernadores, intendentes y otros dirigentes importantes del PRO entienden que Milei no atiende reclamos ni cumple con algunos de los puntos acordados en los últimos meses respecto del rumbo de la gestión.
El Presupuesto 2025 es otro de los puntos que marca disidencias y que estuvo incluido en el temario de este lunes. El macrismo le pide “gestos” al Gobierno, es decir, que Milei conceda a sus gobernadores e intendentes fondos para terminar obras públicas inconclusas o incluso ejecutar nuevas.
Macri sabe que Milei necesita los votos del PRO en el Congreso, y por ello también condiciona su apoyo a que la Nación cumpla con el fallo judicial que ordena devolverle fondos a la Ciudad de Buenos Aires por la coparticipación, así también como resolver los reclamos por las cajas jubilatorias de Chubut y Entre Ríos. El expresidente también exige que el Gobierno acelere con el proceso de privatización de empresas públicas.
La Casa Rosada mantiene la postura de que “no va a haber ningún frente electoral conjunto con el PRO si no hay apoyo incondicional” y busca negociar con los diputados por fuera de la mesa política que integran Santiago Caputo y Mauricio Macri.
La mesa chica de Balcarce 50 quiere dilatar el tratamiento del proyecto que modifica los DNU en el Congreso, de forma que no llegue a la Cámara Alta antes del 30 de noviembre, y asegura que lo vetará en caso de que la oposición logre la sanción completa.
“Cualquier voto a favor de ese proyecto por parte de un aliado sería una declaración de guerra porque busca trabar la gestión”, expresó a TN un alto funcionario del Gobierno.