
Durante la producción de la película Blue Valentine (2010), Michelle Williams y Ryan Gosling experimentaron un proceso poco convencional para capturar la esencia de una relación en declive.

¿Qué pasó en el rodaje de “Blue Valentine”?
“Estábamos teniendo muchas dificultades para dejar ir lo que amábamos”, confesó en el podcast.
Fue entonces cuando el cineasta Derek Cianfrance sugirió la pausa para que los actores pudieran “destruir” lo que habían creado.
Durante este periodo, las estrellas no vivieron juntas a tiempo completo, sino que mantuvieron lo que Williams describió como una situación profesional de “horario de oficina, de nueve a cinco”.
En este tiempo, realizaron improvisaciones diarias con el objetivo de encontrar maneras de irritarse mutuamente y así reflejar la tensión y el conflicto que sus personajes experimentaban.

“Hicimos estas improvisaciones durante el día, honestamente, para encontrar formas de molestarnos”, explicó la actriz.
Este método incluyó incluso un acto simbólico: quemar la foto de boda de sus personajes.
El enfoque de Cianfrance no solo implicó la convivencia, sino también la creación de situaciones que los actores debían enfrentar juntos.
“Después de un día frustrante, ahora vas a llevar a tu hija al parque de diversiones e intentar pasar un buen rato”, recordó Williams que les decía el director.
Este tipo de ejercicios buscaban que los actores se sumergieran completamente en la experiencia emocional de sus personajes, aunque significara poner en pausa la producción y mantener al equipo en espera.
A pesar de lo difícil que fue el proceso, Michelle Williams reconoció que la experiencia fue enriquecedora para su actuación, aunque también tuvo un impacto personal.

“Era horrible”, admitió sobre la experiencia, señalando que tuvo que luchar contra su instinto de querer agradar a Ryan Gosling, quien es considerado un actor carismático y fácil de tratar en un set de rodaje. “No quiero darte razones para odiarme o pensar que soy insoportable”, expresó.
Dicha inmersión en el conflicto de sus personajes llevó a la artista a reflexionar sobre sus propias inseguridades, llegando a sentir desprecio por sí misma en lugar de por su compañero de reparto.
El resultado de este intenso proceso de actuación fue una interpretación que le valió una nominación al Oscar a la Mejor Actriz en un Papel Protagónico.
El ejercicio de actuación de método, aunque desafiante, permitió a los protagonistas crear recuerdos reales que enriquecieron sus actuaciones.
Cabe destacar que esta técnica interpretativa es empleada por diversas figuras en Hollywood, sin embargo, no siempre ha recibido comentarios positivos debido al extremo realismo y compenetración que experimentan actores con papeles sumamente complejos.

“Hicimos lo que pudimos para crear recuerdos reales, así que cuando llegó el momento de filmar la última parte de la película, estábamos basándonos en recuerdos reales”, explicó Gosling en una entrevista con NPR en 2010.
Fuente Teleshow