El satélite europeo Aeolus fue lanzado al espacio desde una estación en Kourou, en la Guayana francesa, lo que marca el comienzo de una misión coordinada desde Darmstadt (oeste de Alemania) para mejorar los pronósticos meteorológicos a través de una mayor precisión en la observación de los vientos.
Curiosamente, fueron los vientos los que obligaron a aplazar en 24 horas el lanzamiento del satélite, previsto inicialmente para ayer, martes.
Por fin este miércoles, a las 18.20 horas tuvo lugar el lanzamiento y, en algo más de media hora, entró en órbita.
Cincuenta y cinco minutos después del despegue tuvo lugar la separación del satélite y, algo después, la recepción de la primera señal hizo que todo el equipo de la sala de control rompiera en aplausos y se abrazara por el éxito de la misión.
«Esperamos que las mediciones de Aeolus contribuyan a un avance significativo en los modelos de dinámica eólica en la atmósfera terrestre», dijo Anne Grete Straume, una de las científicas de la Agencia Espacial Europea (ESA) a cargo del proyecto.
Actualmente, existe toda una serie de aviones, barcos, boyas y satélites que hacen mediciones, pero en el hemisferio sur, sobre los océanos, en los trópicos, pero a más de diez kilómetros de altura la red no está muy desarrollada.
Con Aeolus se medirá, por primera vez, la velocidad de los vientos a 30 kilómetros de altura.
«De momento, cada 24 horas hay cerca de un millón de mediciones. Con Aeolus el número de mediciones aumentará en cerca de un 8 %«, señaló Straume en un comunicado de la ESA.
«Si tuviéramos varios satélites de este tipo que miraran en varias direcciones estaríamos ante un hito en la historia de las predicciones meteorológicas«, añadió.
La idea a medio plazo es crear todo un sistema, con varios satélites similares, para subsanar los vacíos que actualmente existen en la medición de la velocidad de los vientos.
La mayoría de las mediciones actuales son puntuales mientras que, con el nuevo sistema, se puede llegar a determinar el movimiento y la velocidad de los vientos en toda la Tierra.
La clave del sistema es un aparato que contiene Aeolus y que se llama Aladin (Atmospheric Laser Doppler Instrument), que examinará la atmósfera desde 320 kilómetros de altura.
A partir de la forma como se reparta la luz del láser en las moléculas del aire y a partir de su reflexión se calcularán los movimientos del viento.
Aladin enviará sus datos a una estación en Noruega que deberá desarrollar, a partir de ellos, perfiles de los vientos para luego ponerlos a disposición de las diversas estaciones de predicción del clima en Europa.
Durante el primer año tras su puesta en órbita -probablemente a partir de marzo de 2019- las estaciones meteorológicas podrán empezar a hacer uso de los datos de Aeolus para sus predicciones.
Con ello, los expertos esperan una mejora en la precisión de los pronósticos de los siete días siguientes.
El meteorólogo alemán Alexander Cress indicó que, hasta ahora, la escasez de datos hace que algunos fenómenos atmosféricos no se interpreten correctamente lo que perjudica la precisión de los pronósticos.
La misión estuvo preparándose durante 15 años en los que hubo que superar diversas dificultades técnicas y ha tenido un costo superior a los USD 346 millones.
Inicialmente, el plan era que Aeolus fuera puesto en órbita en 2007, pero en los primeros test de los instrumentos hubo una serie de dificultades que retrasaron la misión.
«Por momentos muchos pensamos que era mejor abandonar el proyecto, pero ahora estamos orgullosos», dijo el director de observaciones terrestres de la ESA, Josef Aschbacher, en un comunicado.
Se espera que Aeolus tenga una vida útil de entre tres y cuatro años.
Con información de EFE
Fuente: Infobae