«Me alegro de que, al final, prevalecieron las cabezas más frías: el gobierno permanecerá abierto», celebró el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, citado por la agencia AFP.
«Y agradezco a los miembros de esta cámara por acompañarnos cuando estábamos al borde de un cierre evitable, innecesario y costoso», añadió.
Los analistas del Congreso esperaban que la resolución tuviera un camino tortuoso en el Senado, donde un pequeño grupo de republicanos de línea dura amenazó con frenar la medida en protesta por las medidas impuestas por la Casa Blanca para frenar el avance del coronavirus.
La urgencia por evitar el «shutdown» iba en paralelo con otros rubros que los congresistas tendrán que resolver en los próximos días.
Además de la ley de presupuesto, los legisladores deben acordar fondos presupuestales de defensa, un ámbito en el que el consenso está muy lejos.
Pero más urgente aún, de aquí al 15 de diciembre deben subir o suspender el límite de endeudamiento de Estados Unidos si quieren evitar el primer default soberano en la historia de la mayor economía mundial.
Sin acuerdo en este punto, Estados Unidos podría quedarse sin dinero para honrar sus deudas, una situación potencialmente catastrófica para los mercados.
Si el Congreso logra resolver de todos estos asuntos a tiempo, podría luego ocuparse del gigantesco plan de inversiones sociales y ambientales promovido por Biden por 1,75 billones de dólares.
El plan, que prevé guarderías gratuitas para todos los niños e inversiones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el país, está bloqueado en los cajones del Congreso desde hace meses.
Biden cuenta con estas medidas, muy populares entre los estadounidenses, para revitalizar su presidencia mientras su popularidad cae.
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