Facundo Campazzo: es el corazón, el espíritu, el alma y la cabeza del equipo. Jugó un torneo excepcional. Merecía estar en el quinteto ideal del Mundial. Su salto de calidad es contundente. Ya es un líder del plantel. Tuvo un torneo soñado: dirigió al equipo, metió puntos, defendió y asistió. Un Mundial muy completo.
Nicolás Laprovittola: tuvo un muy buen Mundial; aunque fue algo irregular por momentos, pero es normal viniendo del banco. Fue un jugador que a Argentina le dio cosas muy positivas en momentos muy indispensables.
Luca Vildoza: entró un poco nervioso al Mundial, no lo hizo de la mejor manera en los primeros partidos. No encontró el tiro, algo que se le negó. En defensa sí hizo un muy buen trabajo. En los partidos clave, como Serbia y Francia, jugó en un gran nivel. Es un chico que es un gran proyecto. Le falta un poco, pero tiene futuro NBA.
Nicolás Brussino: no tuvo el protagonismo que venía teniendo dentro del equipo. Pienso que la parte defensiva hizo que jugara menos minutos. Sergio Hernández lo uso menos que en las Eliminatorias Mundialistas y no tuvo grandes actuaciones. Fue el más castigado por la manera de defender de Argentina, no entró en la mejor dinámica. Hubo partidos que no jugó mucho y no tuvo protagonismo. Todos saben de la calidad y tiro que tiene, pero en este Mundial no pudo demostrarlo porque en muchas ocasiones se jugó con dos bases y Nico fue el perjudicado en este sistema. No obstante, no desentonó.
Lucio Redivo: muy poca participación, es difícil de evaluar. No se le puede decir nada malo. No tuvo mucha participación ni incidencia en el juego.
Patricio Garino: fue un jugador clave en la defensa argentina. Defendió a los mejores jugadores y los secó. En algunos partidos estuvo muy bien con su tiro exterior, pero su gran labor fue el trabajo, el corazón y la garra, acompañando a Campazzo en la primera línea. Fue un mundial excelente. No consagratorio, pero sirvió para disipar algunas dudas de cara al futuro y conseguir un fichaje en algún equipo importante de Europa.
Gabriel Deck: dio un salto de calidad para afianzarse en Europa con este Mundial. Tuvo una presencia estelar en el equipo, ayudando muchísimo en el rebote, corriendo muy bien la cancha y defendiendo en altísimo nivel. Es un jugador clave para esta Selección. Este Mundial lo afianza y lo pone de buena cara para lo que es Europa. Hizo un gran trabajo.
Máximo Fjellerup: sin aportar tanto en ofensiva, por una cuestión de protagonismo (recayó más en Campazzo y Scola, por ejemplo), hizo un gran trabajo en defensa. Es un jugador atlético. Tiene que mejorar mucho su tiro. Es clave que lo haga para tener oportunidades en Europa. Entró en confianza, especialmente en defensa, para correr la cancha e incluso meter puntos.
Marcos Delía: sorprendió a todos, pero no a mí. Sabía lo que podía dar en defensa. Muchas veces no brilla por sus números, pero hizo un Mundial excelente. Se fajó con los mejores pívots del Mundo FIBA y la NBA. Es clave en el equipo. Muy bien en el rebote y la defensa, cerrando todas las puertas.
Tayavek Gallizzi: hizo lo que sabe hacer él: fajarse con los grandotes, luchar, fuerza y corazón. Es un jugador especial. No tiene incidencia ofensiva, aunque hizo algunos puntos «basura». Su trabajo era pelearse con pivots más grandes, y lo hizo muy bien. Tiene una personalidad muy buena, positiva. Siempre va a luchar y pelarla. Dio un salto de calidad importante, pero aún tiene cosas por mejorar, como el tiro o moverse un poco mejor por detrás de los defensora. Hizo un trabajo importante en la rotación.
Agustín Caffaro: poca incidencia en el juego, jugó poquito. Sí tuvo buena participación contra Serbia y dio respiro a los jugadores que se cargaron de faltas. Entró y lo hizo muy bien desde el banco. Su protagonismo ofensivo no fue mucho, pero cuando entró aportó.
Luis Scola: es el capitán y líder natural del equipo. Marca el camino y hace que todos los jóvenes jueguen al 110 por ciento, porque él los obliga a jugar en ese porcentaje. Luis hizo historia con todos sus número y récords en este Mundial. Dejó en evidencia que el que trabaja, se esfuerza, se prepara (y lo ayuda con un talento en ofensiva) es fundamental. Fue increíble su demostración de autoexigencia y superación. Ayudó en ofensiva, con impecable e increíbles números. Fue el máximo reboteador de la Selección en el torneo. Scola es uno de los mejores deportistas de la historia de Argentina y debía ser el MVP (Jugador Más Valorado) del Mundial.
Sergio Hernández y cuerpo técnico: hicieron un trabajo excepcional a la hora de leer a los rivales, en la manera de plantear el equipo y hacerlo jugar. Estuvieron a la altura de los mejores cuerpos técnicos del mundo. Estuvieron muy atentos a lo que es el scout. Sergio manejó a los jugadores a su manera, dándole mucho protagonismo a cierto tipo de jugadores, con pocas rotaciones, algo que siempre hizo en torneos importantes. Estuvieron a la altura y plantearon partidos y juegos de gran manera. Mostraron un nivel increíble.
