En enero una familia santiagueña necesitó $ 54.730,78 para no ser pobre

Según el relevamiento mensual de precios de las Canastas Básicas realizado por el Índice Barrial de Precios.

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Según el relevamiento mensual de precios de las Canastas Básicas realizado por el Índice Barrial de Precios (IBP) en 285 negocios de 53 barrios de la capital santiagueña; en el mes de enero una familia conformada por dos adultos y dos menores precisó $54.730,78 (CBT) para cubrir sus necesidades básicas (transporte, salud, vestimenta, educación, entre otros gastos) y no encontrarse por debajo de la línea de pobreza, cuando en enero del año anterior (2020) necesitó $ 34.160,72 para los mismos gastos. Lo que significa un aumento interanual aproximadamente del 60,21%.

En el mismo sentido, para cubrir los productos esenciales de la Canasta Básica de alimentos (CBA) la misma familia en enero precisó $ 22,709.87 para no caer en la indigencia. En enero del año anterior (2020) la misma familia necesitó $ 13,609.85 lo que demuestra un aumento interanual del 66.86%.

Durante los 31 días transcurridos de enero  una familia tipo necesitó $ 10,199.64 para cubrir los alimentos esenciales en el rubro de almacén. Mientras que en el rubro verdulería  se requirió $ 4,418.87 para cubrir los gastos mínimos.

Al igual que diciembre del 2020, en enero los productos del rubro carnicería fueron los que lideraron las subas con una variación  mensual con 13.25% lo que significa que una familia necesitó para sus gastos $ 8,091.35.

Los precios en los alimentos tuvieron un aumento en su variación mensual de 9,63% en la Canasta básica total y del 11.00 %  con respecto a la Canasta básica de alimentos.

Ahora el gobierno anunció un “acuerdo” con las empresas frigoríficas para retrotraer los precios de algunos cortes de carne a los valores del mes de diciembre. Desde el principio nace con limitaciones importantes: sólo llegarían a las cadenas de supermercados y no todos los días de la semana; son contempladas cantidades limitadas de cada corte que están muy por debajo de los promedios del consumo habitual; y los precios contemplados como el punto de partida en diciembre tampoco corresponden a la realidad.

Es difícil esperar que esta nueva versión de “precios cuidados” o “precios máximos”, logre frenar las subas de las carnes que en los últimos seis meses se vienen acelerando casi exponencialmente. Y mucho menos probable es que el freno alcance a las carnicerías de barrio en las que sigue comprando la mayoría de la población.

El gobierno enfrenta el enorme desafío de contener las subas permanentes de los precios en general y de los alimentos en particular. Esta tendencia inflacionaria que no se detuvo ni aun en el período de fuertes caídas de las ventas en el marco de una recesión que cruzó todo el año 2020, ingresa al 2021 con una dinámica que amenaza desequilibrar el conjunto de la economía. Los débiles intentos de imponer algunos límites a las subas de precios, tienen respuestas que van desde la presentación de medidas cautelares, hasta amenazas de desabastecimiento.

Todo indica que los acuerdos con los grandes grupos económicos para contener las subas de precios no son efectivos, sino van acompañados de medidas coercitivas apoyadas en herramientas legales, que equilibren las ganancias empresariales con el derecho de toda la población a tener una alimentación adecuada.

El congelamiento transitorio de precios de los 57 productos de la Canasta Básica de Alimentos es hoy más indispensable que nunca. Hay que superar la etapa de los acuerdos ineficaces como los sucesivos relanzamientos de programas como el de Precios Cuidados o Precios Máximos, que sólo sirven para salir del paso.

Igualmente con una expectativa limitada seguiremos de cerca la evolución de los precios acordados en relación a los que se encuentran en el mostrador de las carnicerías.

Tec. Alejandra Monjes Rosales/ISEPCI-SDE

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