Los obispos argentinos llamaron a contemplar los signos de esperanza y el mensaje de fraternidad y paz que trae la Navidad, a pesar de las dificultades económicas que atraviesa el país e instaron a no pasar con indiferencia delante de los muchos “pesebres” que hay en la sociedad.
En sus mensajes de Navidad, los prelados alentaron a recuperar el sentido profundo de las fiestas cristianas, pidieron no olvidarse de los pobres, que son los que más sufren las dificultades económicas, y animaron a reconstruir los vínculos sociales rotos.
Conferencia Episcopal Argentina (CEA): “A treinta y cinco años de la recuperación de las instituciones de la República, quisiéramos proponer una democracia que no olvide las auténticas raíces cristianas y culturales, y que cuide especialmente el trabajo y la educación. Invitamos a escuchar este llamado de la Navidad y a soñar otro destino para todos los argentinos”.
Mons. Oscar Vicente Ojea (San Isidro y presidente de la CEA): “Mirar al pesebre es mirar a aquel niño que viene a sostener nuestros vínculos; a volver a decirnos: ‘Quiero caminar con vos, no te dejo solo, quiero reconstruir todos tus vínculos sociales, desde tu familia, tus amigos, desde los más cercanos, hasta la Patria en la que vivís’, la Patria que es el desafío para poder transformar la realidad, con vocación de servicio”.
Card. Mario Aurelio Poli (Buenos Aires y vicepresidente de la CEA): “Lo asombroso es que Él se quedó entre nosotros y se deja encontrar en cada hermano que necesita ayuda. En estas fiestas no olvidemos al pobre y al enfermo que tenemos cerca. Entonces, Dios entrará en tu casa y bendecirá tu mesa”.
Mons. Marcelo Daniel Colombo (Mendoza y vicepresidente de la CEA): “Que en estos días, las familias puedan reconocer la bendición de celebrar a Jesús. Que la mesa familiar sea el pesebre del diálogo que nunca debe faltar, aquella trasmisión de valores que constituye el legado de vida de los padres para los hijos”.
Mons. Vicente Bokalic CM y su auxiliar Enrique Martínez Ossola (Santiago del Estero):“Navidad es encuentro: de Dios con la humanidad y con cada uno de nosotros. Dios asume nuestra débil y frágil condición humana en la persona del Niño Dios. Pero hay muchas sombras en nuestras vidas y en nuestra Patria que oscurecen esta bella noticia: conflictos permanentes, agresividad, maltrato de personas, mucha violencia en todos lados. Unidos a muchas otras situaciones familiares y sociales quitan la alegría de vivir, de luchar, de emprender algo nuevo».
Mons. Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP (Bahía Blanca): “Permítanme prolongar en sus corazones algunas oraciones y súplicas a Dios propias de las circunstancias en las que vivimos: ‘Señor Jesús, quiebra nuestra sordera, ayúdanos a escuchar el grito de los pobres, y el grito de la tierra’, ‘Ayúdanos Señor a ser constructores de la cultura del encuentro’, ‘Señor Jesús, que a nadie falte trabajo y el pan en su mesa’”.
Mons. Andrés Stanovnik OFMCap (Corrientes): “Que la Navidad de este año nos lleve en dos direcciones, que siempre confluyen: la primera, hacia Dios que se hizo pequeño, cercano, tierno y paciente con nosotros; y la segunda, hacia los que más sufren, a los que no cuentan a los ojos de los demás y la sociedad desprecia y descarta”.
Mons. Carlos Ñáñez (Córdoba) y obispos auxiliares Pedro Torres y Ricardo Seirutti:“Pedimos al Señor que viene, que los colme de bendiciones. Caminando juntos, nos ponemos en las manos bondadosas de Jesús para que nos ayude a construir una Patria amante de la vida, la justicia y la paz”.
Mons. Víctor Manuel Fernández (La Plata): “Hoy está aquí para llevarnos de nuevo a la fuente, donde se puede beber agua de vida, paz, amor y esperanza. Aparentemente débil, ese niño es mi seguridad, mi fuerza, mi roca. Aparentemente inútil, ese niño es lo que más necesito. Acepto que venga a salvarme, que vuelva a rescatar mi vida y a devolverme el sentido de todo”.
Mons. Ramón Dus (Resistencia): “Feliz Navidad para todos y feliz año nuevo, que nos augura siempre un año de paz, de serenidad, para comprometernos juntos por los hermanos, por el bien de nuestro país, por nuestra sociedad para que sea más justa y digna y tenga un espacio para todos, sobre todo para los más pobres”.
Mons. Eduardo Martín (Rosario): “En esta Navidad abrirle la puerta de tu casa al Niño Dios, no lo dejes afuera, que no le pase lo mismo que en Belén. Que el Niño Dios encuentre sitio en tu casa, que encuentre sitio en tu corazón, porque Él te cambia totalmente la vida, y así podrás comunicar la paz y la alegría a todos los que te rodean, a todos tus hermanos en humanidad”.
Mons. Mario Cargnello (Salta): «Me permito invitarlos, en esta Noche Santa, a guardar un poco de silencio. Cerremos la puerta a tantas voces que no nos dejan entrar en nosotros mismos y escuchemos la Voz del Señor que habla en lo más profundo de nuestro corazón. Encontrémoslo allí y encontremos a nuestros hermanos en el Corazón del Niño Dios. Llenemos las copas de la presencia de Dios y de la presencia de los hermanos que nos rodean y nos necesitan».
Mons. Jorge Eduardo Lozano (San Juan de Cuyo): “La Navidad nos trae un mensaje de fraternidad, de paz. Pero mientras haya inequidad se impone la anomia denominada como ‘la ley del más fuerte’ y se pisotea a los débiles. En Navidad Dios nace en fragilidad y se pone del lado de los postergados, de los que no cuentan”.
Mons. Sergio Fenoy (Santa Fe de la Vera Cruz): “Como a muchos de nuestros conciudadanos nos preocupa que esta Navidad se vea marcada por el aumento de la pobreza, el desaliento, la violencia no solo en las calles sino también en las familias… La esperanza es uno de los signos más hermosos de la Navidad”.
Mons. Jorge Lugones (Lomas de Zamora – Pastoral Social): “Será posible que el Señor habite entre nosotros, viendo alrededor nuestro un mundo injusto que con su indiferencia pasa de largo frente al pesebre. El pesebre de los niños que trabajan en la calle, de los niños violentados y maltratados, el pesebre desgarrado de las madres que sufren la violencia y la soledad, el pesebre de tantos papás sin trabajo que no podrán ganar su pan de Navidad, el pesebre desolado del anciano que no tiene acceso a una medicación…”
Mons. Carlos José Tissera (Quilmes – Cáritas Argentina): “En esta Navidad la esperanza sos vos, que podés tener un amor lleno de ternura con los que te rodean, compartiendo algo tuyo para que otros, inclusive lejos de donde vives, puedan sentir que vivís en un mundo de seres humanos, y no en una jungla, donde rige la ley del ‘sálvese el que pueda’”.
Obispos patagónicos: “No dejemos pasar esa noche sin dejarnos abrazar y bendecir por Dios para que podamos abajarnos y abrazarnos entre nosotros, como hermanos que pisan un mismo suelo, con una misma historia y un mismo anhelo de país en dónde nadie quede afuera de esta ‘mesa navideña de cada día’”.
Mons. Rubén Frassia (Avellaneda-Lanús): “Muchos celebraremos la Navidad religiosamente. Otros se reunirán en una fiesta familiar o social sin tener en cuenta el motivo principal: Dios se hace hombre para que el hombre pueda llegar a Dios. Dios nos hace sus hijos para que sepamos tratarnos responsablemente entre nosotros como hermanos. Esto es celebrar la Navidad”.
Mons. Santiago Olivera (Castrense): “Necesitamos reavivar nuestra esperanza porque vamos terminando un año en que hemos vividos situaciones muy difíciles, como el peligro y el mal del aborto que nos acecha en las sombras o el sufrimiento de tantos hermanos nuestros que padecen las consecuencias económicas de la pobreza, de la inseguridad, de la falta de justicia, de los sueños incumplidos”.
Mons. Luis Urbanc (Catamarca): “Esto es lo que nosotros celebramos como cristianos: el nacimiento del Hijo de Dios que se hace hombre para venir a salvarnos, para hacernos hermanos los unos de los otros, para que nosotros estemos cerca de los pobres”.
Mons. Ricardo Araya (Cruz del Eje): “Ojalá podamos abrir la puerta y dejar entrar la luz y la paz de Jesús. Y ojalá que a través nuestro, la luz y la paz de Jesús lleguen a otros, sobre todo a los que sufren hoy pobreza y abandono, injusticia y violencia”.
Mons. Vicente Conejero Gallego (Formosa): “Quisiera que estas dimensiones de la verdad, de la justicia, de la paz, del perdón, pudiéramos sentirlas y experimentarlas en todas las dimensiones: en lo personal, familiar, comunitario y también social, porque fuimos llamados y creados para formar una sola familia, la familia de los hijos de Dios”.
Mons. Adolfo Canecin (Goya): “El Misterio del hombre sólo se esclarece en el Misterio del Verbo encarnado… El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz”.
Mons. Héctor Zordán (Gualeguaychú): “Estamos en Navidad. Navidad es ‘Dios con nosotros’, por eso para nosotros la Navidad es una fiesta. Queremos festejar que Dios se hace cercano, se hace familiar nuestro, nos acompaña en el camino. Es una buena noticia, es la noticia que queremos compartir con ustedes”.
Mons. César Fernández (Jujuy): “Navidad es ofrecerlo, como María, a los pastores, a los pobres, a los vecinos, a la familia, a los amigos, al hogar, para que Jesús esté presente en medio de nosotros. Navidad es Jesús dando todo su amor a cada uno de nosotros, para llenar nuestra historia y nuestra vida de sentido”.
Mons. Jorge Vázquez (Morón): “Sabemos que estamos pasando por tiempos difíciles para todos, especialmente para los más pobres, por eso somos invitados a contemplar todos los signos de esperanza. El signo por excelencia sigue siendo el pesebre, la noche de Belén, la Virgen, San José, los pastores, todos atentos a la escucha en la disponibilidad, la aceptación y el ponerse en camino”.
Mons. Fernando Croxatto (Neuquén): “El cristiano tiene que hacerse ofrenda, tiene que salir al encuentro de los otros, cada día, en esa realidad, en ese contexto que hoy nos circunda; para ofrecerse, para donarse, para compartir, para entregar sus dones, sus riquezas, sus bienes, con sencillez, con alegría”.
Mons. Ariel Torrado Mosconi (Nueve de Julio): “La paz que tanto anhelamos sólo se logra cuando descubrimos que el perdón y el amor son la única respuesta para vencer y superar el odio, la violencia y el espíritu de venganza… Los animo a renovar la esperanza en un mañana mejor, un futuro en el cual podamos superar esas divisiones que nos enfrentan y paralizan”.
Mons. Luis Scozzina OFM (Orán): “Recibamos con un corazón despierto al Niño pobre para que Él nos libere de todo lo que nos encierra en nuestros egoísmos y trincheras de la autosuficiencia. Que Él ilumine la oscuridad de vida de hermanos que han perdido el sentido de vivir como hermanos y entre hermanos”.
Mons. Juan Rubén Martínez (Posadas): “El pesebre nos ayuda a convertirnos. Nos permite comprender aquello que necesitamos para ser amigos de Dios. Ante el pesebre descubrimos que para ingresar al camino que nos conduce a Dios debemos hacernos pequeños, y que la humildad es generadora de esperanza, en una sociedad excesivamente cargada de soberbia”.
Mons. Hugo Barbaro (San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña): «La Navidad nos invita a salir de nuestra lógica tantas veces pegada a nuestros egoísmos y a nuestros gustos, y a pasar a la lógica de buscar la felicidad en lo que Dios espera de cada uno. Esto exige oración, unos minutos cada día, meditando en silencio el Evangelio o algún libro piadoso, y escuchar a Dios que habla».
Mons. Luis Fernández (Rafaela): “Vamos a pedirle al Niño de Belén que nos ayude a todos a saber escuchar a quienes diariamente están con nosotros en la familia, en el trabajo, en el barrio, compartiendo la vida, dialogando y respetándonos, sin imponernos ni ser prepotentes”.
Mons. Miguel Ángel D’Annibale (San Miguel): “Tratemos juntos, como Iglesia, de ir como María a la visita de los más necesitados; tratemos de ser una Iglesia en salida, en estos tiempos que corren donde tantos hermanos nuestros seguro no la están pasando bien, y donde termina un año difícil, con complicaciones”.
Mons. Hugo Santiago (San Nicolás de los Arroyos): “A veces pensamos cosas buenas pero no las hacemos; otras hacemos las cosas sin amor; otras veces obramos sin pensar. En las tres situaciones sentimos que nuestra persona no es íntegra, no puede ser coherente, tiene grietas, y por eso no tiene paz, porque está como partida. Jesús viene a sanar esas grietas personales”.
Mons. Héctor Aguer (emérito de La Plata): «Navidad no puede ser tragada por ‘las fiestas’. Muchos dicen ‘felices fiestas’ y celebran el 24 a la noche, brindan y hasta hacen una festichola. ¿Pero saben por qué? ¿Saben qué festejan? Nosotros festejamos el acontecimiento más grande de la historia humana: el Nacimiento de Jesús, Hijo de Dios hecho hombre, que vino para nuestra salvación”.
Mons. Domingo Castagna (emérito de Corrientes): «El mensaje de Navidad es un llamado a la reconciliación: con Dios, consigo mismo, con las otras personas y con el Universo. No se logra mediante la fuerza bélica, la estrategia diplomática o el poder económico y político. Se requiere la conversión de los corazones, y la decisión, proveniente de ella, de producir un sustancial cambio personal y social».
Mons. Héctor Cardelli (emérito de San Nicolás de los Arroyos): “Sería triste tener tan cerca de nosotros este auxilio divino y no recurrir a Él ni aún en los momentos más urgentes ¡No sea que no nos alegremos por lo que nos viene a decir, y no nos preocupemos de conocer lo que nos enseña para creer en Él y alcanzar su salvación!”.+
AICA