En octubre, una familia santiagueña necesitó $ 45.456 para no ser pobre

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Según el relevamiento mensual de precios de las Canastas Básicas realizado por el Índice Barrial de Precios (IBP) en 280 negocios de 50 barrios de la capital santiagueña; en el mes de octubre una familia conformada por dos adultos/as y dos menores precisó $45.456,68 para cubrir sus necesidades básicas durante un mes y no encontrarse por debajo de la línea de pobreza, cuando en octubre del año anterior (2019) necesitó $33.131.39 para los mismos gastos. Lo que significa un aumento interanual del 38,93%.

La variación acumulada en los nueve meses transcurridos del año 2020 en cuanto a la Canasta Básica Total (CBT); que abarca transporte, salud, indumentaria, educación, entre otros gastos que pueden presentarse en una familia, tuvo un aumento del 37,20% en términos porcentuales.

En el mismo sentido, para cubrir los productos esenciales de la Canasta Básica de alimentos (CBA) la misma familia en octubre precisó $ 18,629.79 para no caer en la indigencia. En octubre del año anterior (2019) la misma familia necesitó$ 13,035.30 lo que demuestra un aumento interanual del 42.92%

Durante los 31 días transcurridos de octubre una familia tipo necesitó $ 9,010.95 para cubrir los alimentos esenciales en el rubro de almacén. En el rubro carnicería se requirió $ 5,909.45 para cubrir los gastos mínimos.

Nuevamente los productos de verdulería lidero las subas con un incremento en su variación mensual del 19.59% en frutas y verduras, lo que significa que una familia necesitó para sus gastos $ 3,709.39.

En el mes de octubre los precios en los alimentos tuvieron un aumento del 5,54% en relación al mes de septiembre en la Canasta básica total y un aumento del 5.98% en la Canasta básica de alimentos.

Altos funcionarios del gobierno, como el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero, afirman que “en la Argentina no hay lugar para ajustes”, sin embargo las decisiones que se van haciendo conocer desde el Ministerio de Economía parecieran marchar en otra dirección.

Los anuncios de finalizar con ayudas importantes como el IFE y la Asignación para el Trabajo y la Producción (ATP), el regreso de los aumentos de las tarifas, los bajísimos incrementos otorgados a las jubilaciones, al salario mínimo y a la AUH (todos por debajo de la inflación), son de hecho medidas de ajuste que van bajando el poder adquisitivo de las remuneraciones de los sectores más pobres de la población.

La crisis heredada, a la que se agregaron los efectos impiadosos de la pandemia (muchos de los cuales persisten) puso en jaque la estabilidad económica general del país, y le da fuerza a los grupos económicos más poderosos para ejercer fuertes presiones para que sus intereses no sean afectados. El gobierno no debería ceder girando a una política económica que afecte aún más los ya castigados ingresos populares. Algunas manifestaciones como el congelamiento de la implementación del impuesto a la riqueza parecen indicar que se están haciendo concesiones indebidas.

En este contexto desfavorable es necesario continuar -por lo menos hasta el fin de la pandemia- con el IFE con periodicidad mensual, multiplicar la entrega de alimentos, poner en marcha de inmediato los programas destinados a las y cooperativas y PyMES textiles, de producción de alimentos y de reciclado, el congelamiento de precios de los productos que componen la Canasta Básica de Alimentos, son algunas de las medidas inmediatas que deberán considerar en los próximos meses.

Tec. Alejandra Monjes Rosales/ ISEPCI-SDE

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