En el marco de los festejos de la Semana de la Policía de la Provincia, se realizó el ya acostumbrado homenaje a los efectivos que perdieran su vida en aras del cumplimiento del deber.
Esta ceremonia, sin dudas la de mayor emotividad de la celebración policial, estuvo presidida por el jefe de policía, comisario general David Marcelo Pato, acompañado del subjefe, comisario general Omar Enrique Quiroga; el jefe del destacamento de Vigilancia del Cuartel Santiago del Estero Ejército Argentino, teniente coronel José Horacio Montiel; plana mayor y familiares de los héroes policiales homenajeados.
Entre los familiares, estuvo un hijo (Marcial Leopoldo Padilla) y un nieto (cabo Marcial Padilla) del cabo primero César Esteban Padilla, muerto en un incendio en 1949, cuando explotó un camión cargado con combustible. También participaron un hijo y cuatro nietos del Sargento Segundo Gregorio Pesce, fallecido en ese mismo siniestro. Hubo más de treinta personas, todas ellas familiares directos de los efectivos trágicamente desaparecidos.
Luego del minuto de silencio y de la colocación de ofrendas florales en el monolito que perpetúa la memoria de estos mártires, ubicado en el predio de la Escuela de Cadetes, el capellán policial hizo una invocación religiosa e inmediatamente habló el director de la Policía Comunitaria, comisario general Eduardo Rodríguez, quien se refirió a las penosas circunstancias que suelen llevar al hombre policía a ofrecer su vida en bien de la misión de servir a la comunidad. “Ruego a Dios el descanso eterno de nuestros camaradas fallecidos y pido para su familia resignación cristiana”, sostuvo el general Rodríguez.