El estudio, que fue publicado en la revista Nature el miércoles, fue una colaboración entre investigadores indonesios e internacionales.
«Esta es la primera vez que alguien informa sobre el descubrimiento de ADN humano antiguo de la vasta región insular entre Asia continental y Australia», dijo Adam Brumm, arqueólogo del Centro australiano de investigación para la evolución humana de la Universidad Griffith en Brisbane y quien codirigió la investigación.
Brumm se refería a un área que se extiende desde Kalimantan y Lombok hasta el extremo occidental de Papúa, que los científicos conocen como Wallacea.
Por su parte, los investigadores encontraron que la excavación fue particularmente desafiante porque el ADN se puede degradar fácilmente en el clima tropical. En este sentido, Brumm dijo que «es muy raro encontrar ADN humano antiguo en los trópicos húmedos, por eso es un descubrimiento tan afortunado».
Dicho análisis reveló que la mujer era parte de un grupo de población relacionado con los papúes e indígenas australianos de la actualidad. Sin embargo, el genoma también está vinculado a un linaje humano divergente previamente desconocido que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo.
La investigación desafía teorías anteriores sobre los tiempos de llegada de diferentes grupos de humanos a la región. «Esto muestra lo poco que entendemos sobre la historia humana temprana en las islas Wallacea de Indonesia», señaló Brumm.