Mientras las tropas iraquíes, con el apoyo de la coalición internacional, combaten al Estado Islámico en Mosul, las Fuerzas Democráticas Sirias, respaldadas por los Estados Unidos, comenzaron este domingo una ofensiva en Raqqa contra los yihadistas. El secretario estadounidense de Defensa, Ashton Carter, advirtió que «la batalla de Raqqa no será fácil», pero destacó la importancia de las operaciones en esa ciudad siria.
«Como en Mosul (donde el Estado Islámico está sitiado por las fuerzas iraquíes), la batalla no será fácil y el trabajo será duro, pero hay que poner fin a la ficción del califato del ISIS y obstaculizar la capacidad del grupo para realizar ataques terroristas contra los Estados Unidos, nuestros aliados y nuestros socios», señaló Carter en un comunicado.
«El próximo paso del plan de campaña de nuestra coalición será (…) aislar y finalmente liberar Raqqa», agregó el secretario de Defensa estadounidense.
El jefe del Pentágono indicó que «la coalición internacional seguirá haciendo todo lo que pueda para permitir que fuerzas locales en Irak y Siria le inflijan al ISIS la derrota definitiva que se merece».
Las declaraciones de Carter tienen lugar en momentos en que fuerzas kurdo-árabes apoyadas por los Estados Unidos inician una ofensiva contra la ciudad de Raqqa, la autoproclamada capital del califato en Siria, lo que aumenta la presión contra los yihadistas, que ya combaten contra las tropas iraquíes en Mosul.
El inicio de la operación de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) para recuperar esa ciudad ocurre en el tercer día consecutivo de combates en Mosul, donde los yihadistas plantean una feroz resistencia.
Las dos ciudades son los dos últimos grandes centros urbanos en poder del Estado Islámico, que ha perdido grandes superficies de territorio en Irak y Siria en el último año.