Tom Cooney, encargado de negocios de la embajada norteamericana en Buenos Aires, y a cargo de la delegación diplomática tras la partida de Noah Mamet, aseguró que «Estados Unidos y la Argentina están tratando de buscar una solución pacífica en el caso de Venezuela», con la clara intención de «mantener la presión (hacia el régimen de Nicolás Maduro) de los países que aman la democracia y el Estado de derecho».
Para apoyar sus dichos, Cooney adelantó que parte de la visita que hará a la Argentina el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, el próximo 15 de agosto, contemplará en la agenda el caso de la crisis de Venezuela como uno de los ejes centrales de la agenda bilateral.
Durante los festejos del aniversario de la Independencia de los Estados Unidos, que se llevaron a cabo esta noche en la embajada norteamericana, donde concurrieron más de mil invitados, Cooney se mostró confiado en el papel de «líder de la región» latinoamericana que ocupa la Argentina para darle una solución a la crisis en que está sumergido el régimen de Maduro.
En este sentido, Cooney fue tajante al abordar el tema: «Tanto la Argentina como Estados Unidos esperamos una solución al final a la crisis que están sufriendo muchos venezolanos en estos momentos».
El embajador interino dejó en claro el esfuerzo que tanto su país como la Argentina y otros estados latinoamericanos habían hecho en la OEA para presionar a Venezuela para que haya elecciones, con la liberación de los presos políticos y con la restitución del Estado de derecho en ese país. Cooney remarcó que Estados Unidos y Argentina «están trabajando mucho por el apoyo por el pueblo venezolano».
La reunión de Pence con Macri en Buenos Aires contemplará también en la agenda el comercio y las relaciones económicas, según lo adelantó el propio Cooney.
«Estamos en muy buenas relaciones con la Argentina», dijo al hablar de los vínculos bilaterales que tejieron en los últimos tiempos Washington y Buenos Aires, sobre todo después de la visita el 27 de abril pasado de Macri a Donald Trump.
Desde este punto de vista, el encargado de negocios norteamericano calificó como «muy normal, muy positiva, estable y madura» la relación bilateral. Cooney destacó la visita de Macri y el próximo viaje de Pence a Buenos Aires: «Estas visitas hablan de una relación madura y de una continuidad».
Entre los temas más espinosos que figuran en la agenda bilateral se encuentra el conflicto por las denuncias de dumping por el biodiesel argentino. Pero el embajador interino no quiso ahondar en ello: «Eso lo están estudiando en este momento en la Secretaría de Comercio de Estados Unidos».
El Palacio Bosch de la residencia del embajador rebalsó de invitados. Estaba todo el arco político, referentes de la justicia y empresarios. En este contexto, Cooney remarcó que «Argentina es un miembro cada vez más importante en el G20 y va a ser anfitrión muy importante».
Entre los invitados estuvieron, entre otros, el ministro de Modernización, Andrés Ibarra; el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo; el secretario de la gobernación bonaerense, Fabián Perechodnik; el secretario de seguridad porteño, Martín Ocampo; y uno de los jueces de la Cámara Electoral, Alberto Dalla Vía. También empresarios de la talla de Héctor Magneto y Alejandro Bulgheroni.
Desde el ámbito judicial estuvieron el ex juez de la Corte Eugenio Zaffaroni; el constitucionalista Daniel Sabsay y el juez Claudio Bonadio, entre otros. Con todos ellos el embajador interino brindó con vino tinto y con música jazz de Mississippi.
Luego, en rueda de prensa, el encargado de Negocios destacó que «hay una lucha común con la Argentina por el combate de drogas, el terrorismo, el crimen organizado y la trata de personas».
Para finalizar, Cooney manifestó: «No vamos a estar en todo de acuerdo, pero ahora hay una relación de respeto y confianza mutua con Argentina».