La jefatura de la CGT, que ayer reunió su Consejo Directivo, tenía la confirmación de la medida antes de que fuese dada a conocer por la cartera laboral. Y también sus dirigentes ayer dieron por hecho la presencia del jefe de Estado en el acto en preparación para el 17 de octubre. Será, como contó este diario, una conmemoración puertas adentro del edificio de la central, en Azopardo 802, con la participación del órgano directivo y tal vez de intendentes y gobernadores peronistas.
Lo fundamental, sin embargo, estará en el discurso que espera la CGT de Alberto Fernández. Aunque sectores de la jefatura como los “gordos”, cuya principal encarnación es el cosecretario general Héctor Daer, reivindican su condición de parte de la coalición gobernante, por encima de la de mero factor de poder, subsiste cierto malestar con la dilación en la implementación de algunas medidas y la marcha atrás sobre otras decisiones expuestas por el mandatario. Por eso los gremialistas esperan, para el hipotético discurso del Presidente, el enunciado de un rumbo económico preciso con anuncios orientados a la creación de empleo y el aliento a la industria local.
En público los dirigentes ponen en valor la política proactiva de sostén de los puestos de empleo y de las empresas mediante instrumentos como la doble indemnización y la prohibición de despidos, por un lado, y los subsidios salariales ATP y los créditos blandos, por otro. Pero en privado, y sobre todo en reuniones entre pares, rezongan por la falta de participación en las mesas de decisión y los espacios de análisis del gabinete económico sobre el escenario pospandemia. Allí suele colarse la inquietud permanente de la CGT por las finanzas de las obras sociales sindicales: este lunes, en la reunión del Consejo Directivo, José Luis Lingeri, líder de Obras Sanitarias y experto en la materia, recalcó que el Gobierno estudia nuevas formas de financiamiento para las entidades de salud de los sindicatos. Descartada de momento la suba en un punto porcentual de aportes y contribuciones, como adelantó este diario, el Ejecutivo sondea un rediseño del Programa Médico Obligatorio para desobligar a las obras sociales de algunas coberturas.
De todos modos ese debate todavía es del orden de lo coyuntural. En la cima de la CGT, siempre con la vista puesta en el posible acto con Alberto del 17-O, esperan del jefe de Estado mayor audacia en los anuncios. La alianza del Frente de Todos con el sindicalismo más tradicional no parece correr riesgos en el corto plazo, y menos con una única opción en la vereda de enfrente como la de Juntos por el Cambio, pero incluso entre los más oficialistas se escuchan cada vez más quejas como las de Gerardo Martínez (construcción, Uocra) por la tardanza en el lanzamiento de planes de obras de infraestructura y de vivienda social.
Mariano Martín/Ámbito