México acumula más de 133,000 muertes por COVID-19 hasta el 10 de enero de 2021, con una estimación que incluso llega hasta los 151,691 fallecidos a causa del virus que ha azotado a casi todos los países del mundo.
En ese sentido, el porcentaje de letalidad en la semana epidemiológica número 52 se colocó en el 6%. Dicho indicador, aunque se encuentra 0.5 puntos por encima de la semana epidemiológica anterior, se encuentra muy por debajo del pico de muertes registrado.
En este contexto, las funerarias en el país reportaron servicios completamente saturados y ahora enfrentarían un mal mayor: la escasez de ataúdes para enterrar a los familiares.
De acuerdo con una entrevista realizada por el semanario Proceso a Roberto García Hernández, vicepresidente de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias (ANDF), y Pedro Jaramillo Quintero, presidente de la Asociación Mexicana de Fabricantes de Ataúdes (AMFA), el posible colapso de las compañías funerarias consta de un problema principal:
La escasez también de materia pima, es decir, el acero y la madera. Dicho panorama podría a la industria de los servicios funerarios en un gran jaque mate, pues no habría más producción de féretros, informó la periodista Gloria Leticia Díaz.
Sin embargo, hay otro gran obstáculo que se ven obligados a sortear día con día: problemas de fatiga por la carga de trabajo y el riesgo a que está sometido el personal de empresas funeraria.
La epidemia ha incrementado considerablemente los servicios funerarios en el país. Y es que de enero a junio de 2020, las incineraciones en los panteones públicos de México aumentaron en 76.8% con respecto al mismo periodo de 2019, mientras que los entierros crecieron en 20.2%.
Así difundió este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), mediante el reporte sobre los Cementerios Públicos en las Zonas Metropolitana, correspondiente al primer semestre de este año, que estuvo marcado por la llegada del SARS-CoV-2.
Cabe mencionar que durante dicho lapso de 2019, se reportaron 78,091 entierros y 6,777 incineraciones. Pero en 2020, las inhumaciones ascendieron a 93,833 y el número de cadáveres cremados fue de 11,980.
El costo por los servicios funerarios, paquetes de cremación, inhumación y preventivos, también se encareció entre 4.8 a 6.26% en el último año, según indicadores del INEGI.
En el monitoreo de precios, un paquete de cremación, incluida la urna, ataúd y capilla de velación, registró este año un costo promedio de 17 mil 852 pesos; es decir, 1,052 pesos más que lo reportado en octubre de 2019.
Fabricantes advirtieron una pronta escasez de ataúdes ante aumento de muertes por COVID-19 (Foto AP / Felipe Dana, Archivo)En octubre de este 2020, por otra parte, un servicio solo de inhumación en agencias funerarias representó un promedio de 27 mil 180 pesos contra 25 mil 920 que costaba en igual mes del año pasado.
Sin embargo, estos precios varían.. El gasto por un plan preventivo para despedir a un ser querido oscila entre los 29 mil 121 pesos a 31 mil 543 pesos, cuando el año pasado el paquete promedio se cotizó en 28 mil pesos.