Carlos Andrés Calvo fue uno de los actores más icónicos del mundo artístico argentino. Sus trabajos en teatro y televisión lo volvieron uno de los personajes más queridos y populares del público, que lo seguía a sol y a sombra, y quería conocer todo acerca de su vida. De galancito a comediante, su participación en un programa o pieza teatral eran garantía de éxito. Sin embargo, en pleno auge de su carrera, en 1999 tuvo un accidente cerebrovascular que le cambió la vida.
Con mucha recuperación y acompañamiento de su mujer, Carina Galucci, logró salir adelante, aunque sus días ya no fueron iguales. El actor se preparaba para protagonizar la miniserie Drácula por América. Buscaba darle una vuelta a su carrera con un papel lejos del actor de comedia. Pero en medio de las grabaciones sufrió un ACV, estuvo once días internado y perdió parte de la movilidad de su cuerpo. Para rehabilitarse viajó a Cuba donde realizó intensos tratamientos de recuperación y luego, con el nacimiento de su hijo Facundo, tuvo más alicientes para no rendirse. Unos años después, nació su segunda hija, Abril, y al poco tiempo, en 2010 se separó de Galucci. Ese año tuvo otro ACV que en esa oportunidad le dejó secuelas mucho más severas. No podía leer ni escribir y necesitaba acompañamiento permanente. Desde ese día, sus hijos lo visitaron todos los días e incluso sus compañeros de trabajo. Pero el 11 de diciembre del 2020, su corazón dejó de latir.
Más adelante, el joven se explayó acerca de sus sentimientos frente a la muerte. “Por un lado, no le tengo miedo a la muerte, siento que por suerte las veces que estuve cerca de eso, no sé si es una manera mía de negación, pero sinceramente me pasa que trato de verlo como que es la vida, de apreciar lo bueno de lo que me dieron esas personas que se fueron, como por ejemplo, mis tíos abuelos y mi viejo”.