Una pareja y sus cuatro hijos, entre ellos niños y adolescentes, perpetraron este domingo un triple atentado contra iglesias cristianas de Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia.
El dato más escalofriante de esta seguidilla de ataques en una iglesia protestante, una católica y una pentecostal es que tres de los autores son menores de edad: un chico de 16 y dos pibas de 12 y 9 años. Las explosiones han causado 13 muertos y alrededor de 40 heridos.
La policía señaló como autores al grupo yihadista, afin al Estado Islámico Jemaah Ansharut
Daulah (JAD), que podría tener vínculos con la familia.
El primer ataque se produjo en la iglesia católica de Santa María de Surabaya, dijo a periodistas en el lugar del atentado el vocero de la policía, Frans Barung Mangera.
Minutos más tarde se registró una segunda explosión en la iglesia de Diponegoro y una tercera en la de Pantekosta, agregó Mangera.
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, transmitió sus condolencias a las familias de las víctimas en una intervención televisada desde el exterior de la iglesia pentecostal y afirmó que “el terrorismo es un crimen contra la humanidad y no tiene relación con ninguna religión”.
Por otra parte, el secretario general de la Asociación de Iglesias de Indonesia (PGI, en indonesio), Gumar Gultom, indicó en una rueda de prensa que “no hay religión que enseñe violencia y asesinato, cualquier religión enseña humanidad, paz y amor”.
El Papa pidió que cesen las acciones violentas
Desde el vaticano, la máxima autoridad de la iglesia católica rezó por las víctimas transmitió sentimientos de «reconciliación y fraternidad», tras el ataque suicida en Indonesia.
«Estoy particularmente cercano al querido pueblo de Indonesia, en modo especial a las comunidades cristianas de la ciudad de Surabaya, duramente golpeadas por el grave ataque contra lugares de culto”, sostuvo hoy el pontífice al rezar la oración del Regina Coeli en el Vaticano.
«Elevo mi oración por las víctimas y sus familiares”, agregó Francisco tras la triple explosión que, según fuentes del diario La Repubblica y la agencia DPA, dejó hoy al menos diez muertos y 41 heridos.
«Juntos invocamos el Dios de la paz para que haga cesar estas violentas acciones, y en el corazón de todos encuentren espacio no sentimientos de odio y violencia, sino de reconciliación y de fraternidad”, agregó el sumo pontífice al condenar el ataque en la segunda ciudad del país asiático, donde reside la mayoría musulmana más grande del mundo.
Fuente: Crónica