El cálculo no se estanca y se actualiza hora a hora. Durante los primeros 31 días del año, se produjeron en Argentina 21 femicidios; lo que equivale a que una mujer fue asesinada cada 35 horas. El número cambió en cuestión de semanas. Hasta el último día de febrero de este año, distintos observatorios de violencia de género contabilizaron al menos 63 femicidios: 70% de ellos en manos de sus parejas o ex parejas y un saldo de al menos 88 niños sin madre a raíz de estos crímenes.
Sin embargo, a días de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, en la primera semana del mes de marzo -que es, además, el “Mes de la Mujer”- esa estadística, que parte del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país, ya es obsoleta otra vez.
Jordana Belén Rivero (28), Micaela Brenda Gordillo (25), Guadalupe (8), Octavia Colque (39) y Agustina Atencio (17) fueron asesinadas en los primeros tres días del mes. Es decir, una mujer cada 12 horas. Los aberrantes crímenes violentos que sufrieron causaron gran conmoción e impacto y demuestran cómo la violencia de género en todas sus formas es todavía una problemática latente.
En los últimos días, de hecho, una joven mexicana identificada como Denisse Novelo hizo en su perfil de Facebook una propuesta que se hizo viral: “Te invito a hacer este experimento. Escribe tu nombre en google junto a la palabra ‘hallada’ y dale buscar. Por ejemplo ‘Denisse hallada’”. El experimento se replicó en el resto de los países de Latinoamérica y las respuestas, especialmente de chicas y jóvenes, se multiplicaron. La enorme mayoría notó con horror que compartía el nombre con una o varias mujeres asesinadas en el último tiempo.
Micaela Brenda Gordillo
Naim Vera, un joven de 19 años hijo de un reconocido médico de la capital de Catamarca, le tocó el timbre a uno de sus mejores amigos en la madrugada del domingo pasado. “La cagué, la maté a Brenda», le dijo. Horas después, se entregó en una comisaría junto a su padre y un abogado.
La noche anterior, Vera había invitado a Brenda, con quien mantenía un vínculo desde diciembre último, a la casa de su abuela que estaba deshabitada. Allí, ambos habrían discutido por un supuesto embarazo de Brenda -que no sólo no existió sino que además era imposible, según quedó acreditado en la autopsia, porque ella tenía una afección que le impedía tener hijos- y la mató.
La asfixió con un trapo y luego, para deshacerse del cuerpo, lo quemó en una parrilla. Luego lo puso en bolsas y se deshizo de ellas en un contenedor frente al edificio y a la vera de la ruta 4. “Hace algunos días me dijo: ‘Me mato yo o la mato a ella’”, relató un amigo suyo a la Justicia. El joven basquetbolista quedó detenido e imputado por el “homicidio doblemente agravado por haber mediado una relación de pareja y por violencia de género» y se negó a declarar al ser indagado este miércoles por el fiscal Hugo Costilla.
Guadalupe
Sergio Ramón Oliveira, de 22 años, había pasado a buscar a la hija de su prima, de tan solo 8 años, para llevarla junto a su hija a un cumpleaños. Sin embargo, como la niña nunca regresó, su madre radicó una denuncia que activó un operativo de búsqueda. El cuerpo de Guadalupe apareció en la casa de Oliveira. Había sido golpeada y quemada viva. En simultáneo, el hombre había viajado a la casa de su madre en Roque Pérez y había confesado el crimen: “No la pude salvar. Me mande una cagada”. Está detenido e imputado
La hipótesis de la Justicia es que Olivera la atacó sexualmente e intentó destruir toda prueba que pudiera incriminarlo, incluyéndola a ella. En parte lo logró ya que la autopsia fue imposible determinar si hubo una violación debido a las quemaduras. La fiscal Patricia Hortel, en tanto, lo imputó por “tentativa de abuso sexual seguido de muerte en concurso real con homicidio calificado por alevosía y criminis causa”.
Este lunes por la mañana, la joven estudiante de psicología de 28 años cayó del balcón de un séptimo piso en una zona muy concurrida de la ciudad de Mar del Plata. La policía creyó en un primer momento que se trataba de un suicidio pero al subir al departamento en cuestión, encontraron a Bernardo Luis Baraj, un hombre de 50 años oriundo de Ushuaia, que había quedado encerrado e intentaba escapar. Tenía rasguños y golpes que daban cuenta de que había mantenido una pelea y adentro todo estaba desordenado. «Se puso como loca y se tiró”, fue lo único que atinó a decir.
La autopsia terminó de confirmar que Jordana había sido brutalmente golpeada antes de caer ya inconsciente. «Escuchamos gritos, la chica pedía auxilio desesperada. Pidió ayuda hasta el último minuto”, contaron los vecinos a los medios locales.
Octavia Colque
Octavia, de 39 años y nacionalidad boliviana, estaba desaparecida desde el viernes pasado. Había sido vista por última vez cerca de las 17 horas en la localidad balnearia de Las Toninas y su hermana radicó la denuncia por averiguación de paradero.
La policía entrevistó a su ex pareja, Balvino Laura López, un albañil de 45 años también oriundo de Bolivia, que manifestó que la había visto irse de su casa al bar en el que trabajaba y que desde entonces no supo más de ella. Este martes, efectivos de la policía local junto a la brigada de perros de los Bomberos Voluntarios de Santa Teresita, allanaron la casa, encontraron tierra removida en el patio trasero y debajo un pozo donde estaba el cuerpo de Octavio. López fue detenido por el femicidio.
Agustina Atencio
La adolescente de 17 años, oriunda de Catriel, provincia de Río Negro, era intensamente buscada desde el 27 de febrero pasado. Su cuerpo apareció este martes en un rastrillaje en el río Colorado, cerca del lugar donde había sido vista con vida por última vez. Un joven de 21 años que había sido visto con ella a bordo de una moto fue detenido por el crimen. La jueza de Cipolletti Sonia Martín, señaló en tanto que “la fiscalía tiene indicios como para investigar al sospechoso por un femicidio”, por lo que le dictó al prisión preventiva al acusado por un mes.
Por el estado del cuerpo la autopsia no se pudo determinar fehacientemente la causa de muerte pero de acuerdo a los peritos «se presume que fue producto de una asfixia por sumersión”. Además, indicaron, el cuerpo “presentaba lesiones que se produjeron mientras la misma estaba con vida y que podrían ser compatibles con una situación de defensa de la víctima”.