Fernando «Chino» Navarro: «Para ganarle al aparato político y económico de Macri se requiere la unidad del 70% de la oposición»

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Hace autocrítica con fluidez sobre los años kirchneristas en los que supo participar. Pide la unidad del peronismo y la confluencia de la mayor parte de la oposición en una sola expresión electoral. Fernando Navarro, más conocido como «Chino», advierte que «será difícil que Cambiemos gane las elecciones» y que la oposición «también debe darle respuestas a la sociedad».

En una entrevista con Infobae, repasa la actualidad política, el escenario electoral, la profundidad de la grieta, los números de la pobreza y la gestión de Macri. Será candidato a gobernador por Buenos Aires impulsado por el Movimiento Evita.

-La última semana se conoció el índice de pobreza del Indec y el informe de la UCA que revela que la pobreza estructural aumentó. En total hay un 32% de pobres y más de 12 millones de personas que sufren algún tipo de carencia. ¿Cuál es el mensaje desde la política para ese sector de la sociedad?

-Más que decir tenemos que hacer. A partir de la dictadura del 76′ que la pobreza empezó a crecer. Bajó bastante durante los gobiernos de Néstor y Cristina, pero no pudimos derrotar la pobreza estructural. Ahora Macri la ha aumentado. El hombre o la mujer que son pobres lo que quieren es que le resuelvas el problema, no que se lo comentes. ¿Qué le vas a comentar al pobre? ¿Qué es la pobreza? Si la sufre.

-La política no puede dar respuestas…

-Sienten que nos votan para que los representemos en la solución de esos problemas y en la práctica no lo terminamos resolviendo. Algunos por inútiles, otros porque no podemos o no sabemos. ¿Qué le podemos decir a esas personas? ¿Qué hay que esperar hasta el 10 de diciembre? No, la política se tiene que ocupar hoy. El oficialismo, pero también quienes somos oposición.

-¿La gente ve la discusión de los políticos a la distancia? ¿Por un lado lo que le pasa a la gente y por otro el debate de la política?

-La mayoría de los dirigentes políticos no somos pobres. No sabemos lo que es ser pobre. ¿Qué le podes decir a una persona que te plantea que come una vez al día? ¿Qué le decís a esa persona si no es tratar de resolver un problema en forma concreta? Los políticos, me incluyo, nos pasamos mirando encuestas y especulando. La sociedad no tiene tiempo para esperar.

-¿Y en qué puede aportar la oposición?

-Tenemos que trabajar para poder reconstruir la Argentina a partir de ganar la elección con un gran frente. Después hay que convocar a una unidad nacional. Aún con actores con los que tenemos muchas diferencias y empezar a resolver los problemas. No mágicamente. No es como dijo Macri que la inflación se resuelve fácil. Pero no hay más lugar ni para mentiras, ni para demagogias, ni canchereadas.

-En ese camino primero está volver a gobernar…

-Lo primero que tiene que haber es una vocación de servicio, de reconstruir. No podemos volver a plantear que si ganamos la elección, como he escuchado por ahí, hay que armar el «ministerio de la venganza». Acá no hay tiempo de revancha. Acá hay tiempo de diálogo.

-¿Cuándo escucha la idea del «Ministerio de la Venganza» cuál es la primera reacción que le genera?

–Me da pena. Porque eso es la Argentina también. Cuando un militante o un dirigente expresa eso es porque se nos acabaron las ideas. Porque hemos perdido la batalla de pensar. Es más fácil agredir y descalificar que pensar. Es más fácil decir cualquier cosa que reconocer que no sabemos.

-Hay una permanencia en el tiempo de la tensión política que existe entre Cambiemos y el kirchnerismo. ¿Tiene un final?

-Es un fenómeno que excede a la Argentina. No es un problema que lo inventó el cristinismo y Macri. Eso sería simplificarlo. Todos somos parte. Cada uno expresa una parte de la sociedad. Y en el medio hay mucha gente que no toma partido por ninguno. Pasa en Estados Unidos, Francia, Alemania, Brasil. Hay una cultura del odio. Tenemos que tratar de cambiar esa lógica.

-¿Es posible?

-El odio engendra violencia. No digo que tenemos que ser hermanos. Porque la política es intereses y conflicto de poderes. Pero no puede haber una Argentina rica con una riqueza concentrada en manos de pocos, y la mayoría de la Argentina pobre. Hay 12 millones de pobres en un país que genera comida para 400 millones. En algo nos equivocamos.

-¿En qué?

-Tenemos que hacernos cargo que no basta con mirar encuestas, ni con analizar que va a pasar en la elección. Tenemos que empezar a gobernar resolviendo problemas. Y poner toda la energía en resolver, no en hablar. Macri es un comentarista de la política. Él se enoja, pero la gente está enojada con él.

-Usted recorre la provincia. ¿Percibe que a la gente le interesa la política, el debate de los dirigentes y de lo electoral?

-Una cosa es la gente que está ligada a la política, milita o esta informada. Será el 15% de la sociedad. Y después está el resto de la gente que no sigue el día a día. No porque no sepa, sino porque no tiene tiempo de leer encuestas o análisis. Sobrevive. La mayoría de la sociedad desprecia la política y nos considera unos chantas. Algunos hasta se animan y te dicen, «ustedes son todos unos chorros» o «vienen ahora porque hay elecciones». ¿Cómo revertimos esa situación? Dando la cara, bancando la crítica y la interpelación.

-¿Llega ese mensaje de la gente a la dirigencia política?

-Hay dirigentes que lo entienden, otros que no. No todo el mundo sale a caminar por un barrio, toma un colectivo o se sienta en un restaurant. Hay algunos que, aun de buena fe, están rodeados de un grupo de personajes que les dicen que está todo bárbaro y que la gente los pide como candidatos. Si no resolvemos los problemas que tienen millones de argentinos, un día nos van a correr por la calle.

-Los dirigentes políticos, sobre todo los que tiene cargo, son representantes de la sociedad. Ese cuestionamiento hacia ellos expone una crisis de representatividad.

-Esta sociedad se ha comprometido con la democracia. A veces desprecia la política o los políticos, pero sabe que se resuelve desde el voto. La sociedad avisa. A nosotros en el gobierno de Cristina nos avisó. No quisimos escuchar. El primer cacerolazo del 2012 era un aviso ruidoso de que algo funcionaba mal. Nosotros lo simplificamos. Dijimos que eran todos tilingos porteños que querían viajar a Miami. No era así. A Macri le está pasando lo mismo.

-¿El gobierno de Mauricio Macri no se está dando cuenta de esos avisos?

-Macri no se da cuenta de nada. Además, los escuchás a hablar y te dicen que lo electoral no les preocupa, pero están todo el día haciendo operaciones electorales. Hablando para los medios, haciendo que gobiernan.

-¿Cree que en Buenos Aires el escenario igual?

-En la provincia el desgobierno de la Policía Bonaerense es muy grave. No es un problema de la Bonaerense. Pasa en otras provincias. La fuerza de seguridad argentina, del 83′ a la fecha, no tiene idea de que hay que hacer con la seguridad. Patricia Bullrich es puro anuncio. Después te roban en el Obelisco.

-¿Sirven penas más duras como las que propone el proyecto del código penal que mandó el Gobierno al Senado?

-No. No conozco ningún país del mundo que haya resuelto el problema de la seguridad en base a penas más duras. Nosotros ya probamos con la ley Blumberg. También endurecimos las leyes en el año 2004. El problema no se resuelve solamente con penas. El 80% del esfuerzo del estado debería estar destinado en seguridad, políticas sociales, políticas educativas y prevenir el delito. El gobierno porteño te dice que tiene un sistema que llegan al minuto de que ocurrió el delito. La política es tener un sistema para que el delito no ocurra.

-Tanto el gobierno porteño como el nacional cuestionaron a los jueces que liberaron motochorros que fueron capturados en el momento que delinquían

-Son dos cosas distintas. Si vos cometés un delito, no podés salir al otro día. Eso es cierto. Pero con esa excusa de que tengo las manos atadas o el código no me lo permite, un gobierno cubre su ineficiencia y la policía se hace la distraída. Y después son los propios policías los que te van a robar.

-¿Qué le cuestiona al Gobierno en materia de seguridad?

-¿Cuál es la política de seguridad de este gobierno? Patricia Bullrich haciendo anuncios, diciendo que secuestró kilos de cocaína o marihuana. No sabés si es cierto. La sociedad te ve hablando pero después de esos operativos, les roban o los matan. Después de la discusión es cuántos años va preso el que mató, pero el Estado tiene que evitar que a esa persona la maten. Hay muchos pibes que si hubiese una política de prevención o integración social, no serían delincuentes. El propio Estado con su política de ajuste, de odio, de arrinconamiento, como desarrolla el neoliberalismo con Macri, te va empujando al delito.

-Entonces…

-Somos un país que no tiene problemas religiosos ni problemas étnicos. Nos sobra territorio para los pobladores que somos. Tenemos alimento. ¿Qué problemas tenemos? ¿Venimos de una guerra? A veces nos peleamos porque somos unas marmotas. No podemos pensar en el bien común. Hoy hay dos investigaciones. La mitad de un país que no le cree a (Claudio) Bonadio con el tema de los cuadernos. Y ahora con la investigación de (Alejo) Ramos Padilla hay un tercio que no le cree porque es kirchnerista.

-La grieta…

-Es un disparate. Cualquiera sea el resultado va a haber una parte importante de la población que no va a cree en ese resultado. El Presidente en vez de apoyar a un juez que está investigando un caso de espionaje, le pide juicio político. ¿Es joda? ¿A dónde vamos a llegar? ¿Tiene que ir a la Corte? ¿Para qué? Si hay una mitad de políticos que van a desconfiar de lo que hagan los jueces de la Corte.

-¿Cuál es la salida frente a ese escenario?

–¿Habrá que conformar una CONADEP? Yo alguna vez lo escuché y me pareció una exageración. Hoy me parece que la única forma de resolver los diez o veinte casos de la corrupción más emblemáticos de la Argentina es convocar a 20 personas de bien, juristas y no juristas, políticos y no políticos, cualquiera sea el partido, pero que no queden dudas de su honestidad. Sino linchamos mediáticamente a todo el mundo y después nunca se sabe si es verdad o mentira.

-¿Si Macri es reelecto o Cristina Kirchner, en caso de presentarse, vuelve a ser presidenta, la grieta no continúa?

-El enfrentamiento que plantea Macri, similar al que plantean Bolsonaro y Trump, está basado en el odio. El odio al pobre, al inmigrante, al populista, al progre.  ¿Vamos a entender que somos argentinos? Si los franceses y los alemanes se mataron durante 30 años y hoy pueden convivir civilizadamente, por qué los argentinos no podemos sentarnos a repensar una Argentina de cara al 2050.

-Insisto. ¿No continúa la grieta con Macri o Cristina en el poder?

-Necesitás un hombre o una mujer que tenga la voluntad de reencontrarse con todos los argentinos. Ellos dos no inventaron la grieta.

-Pero son los grandes representantes de la grieta en la actualidad.

-Hoy son lo que el macrismo ha construido. Desde el día cero que la coloca a Cristina en la vereda de enfrente y confronta con su silencio y su distancia, con lo que dice y con lo que no dice. Todo está interpretado para mal.

-Usted respalda la candidatura de Felipe Solá…

-Cuando pensamos en Felipe es porque él entiende que no se puede ser presidente para construir el tercer movimiento histórico o el Felipe eterno o el volvemos para siempre. Es un gobierno de emergencia, es un gobierno de transición. Donde hay que convocar a mujeres y hombres nuevos, de otras generaciones, con mochilas más livianas.
Macri es un comentarista de la política. La gente está muy enojada con él

-¿En qué política pública haría hincapié?

-Trabajo. ¿Podemos seguir viviendo con planes sociales y millones de mujeres que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH) si queremos construir una Argentina soberana? Revindico la AUH. Es una gran ayuda. Si hoy el país no ha estallado es por las políticas sociales que Macri prolongó del gobierno de Néstor y Cristina. Pero un país que quiere crecer no puede tener planes sociales como política de estado.

-Es un parche…

-Es un paliativo. Es una aspirina. Resuelve el problema de hoy. ¿Si una familia de clase media que reúne 40 mil pesos y alquila llega hasta el día 20 con suerte, hasta cuando llega una señora que tiene 5 hijos, cobra la AUH y hace algunas changas? ¿Día 8? ¿Día 9? ¿Qué hace los 20 días restantes?

-Habló de consenso. Lo llevo a la actualidad del peronismo. ¿Las cartas ya están echadas?

¿Se agotó el debate por la unidad del peronismo?

-No. Van a pasar muchas cosas de acá al 22 de junio. Se está reconfigurando el mundo. Aparecieron nuevos actores neoliberales que ganan elecciones, como sucedió con Trump o Bolsonaro. Se va a reconfigurar la Argentina y muchas cosas que hoy vemos, dentro de dos años no van a estar. Hoy todos los políticos especulan. Para ganarle a un aparato político y económico como el de Macri se requiere de una unidad de, por lo menos, el 70% de la oposición.

-Es casi toda la oposición…

-Es el peronismo más actores del radicalismo, el socialismo, la centroizquierda, los empresarios, los intelectuales, las organizaciones sociales. Es muy grave esta crisis para dejarla exclusivamente en manos de los políticos. El dirigente que plantee que quiere construir una mayoría sin Cristina, sin el kirchnerismo, sin Alternativa Federal, sin Urtubey, está siendo funcional a Macri.

-Pareciera que está mal que haya otra idea como la que hoy representa Alternativa Federal, que se distancia del kirchnerismo y también confronta con Cambiemos.

-No es un problema de que esté mal o que esté bien. No se entiende la magnitud de la crisis. Argentina está dividida en tercios. Electorado de Cambiemos, electorado de peronismo kirchnerista y electorado de Alternativa Federal. El tercio más chico es Alternativa Federal. Yo no soy de ese espacio, pero si lo fuera, ¿puedo querer crear una mayoría excluyendo a 2/3? Es muy raro.

-Ese espacio dice representar otro tipo de idea política…

-¿Qué idea? Si no hay idea. Lo escucho a Lavagna y no escucho ninguna idea. Salvo dos o tres dirigentes, para no ser injusto con Lavagna, ideas yo no escucho. ¿Qué hacemos con el trabajo? ¿Qué hacemos con la economía popular? Hay un 37% de la población que se reinventó el trabajo y sobrevive. La política ha retrocedido. Nos hemos embrutecido. Es un problema global. Argentina tiene que saltar esa trampa.

-¿Es la unidad del peronismo o la continuidad de Cambiemos en el poder de gobierno?

-Es muy difícil que gane Cambiemos. Porque se están deteriorando todos sus números. Pero yo no lo subestimo. Porque hay un bloque social que históricamente en Argentina expresó el 40%, aún en momento de crisis como este. Después de la hiperinflación de Alfonsín, Angeloz sacó el 38% con un programa de ajuste. Si sumas los votos de López Murphy y Memen en el 2003 están cerca del 40%. Si sumas los votos de Balbin y Manrique en el 73′ con Perón presidente, te da 38%. Ese bloque social existe.

-¿Va a ser candidato a gobernador este año?

-Si. Tengo que creer en lo que digo y en lo que propongo para sentirme cómodo porque se me nota. Me siento un hombre de la política desde adolescente. Nací en una casa política. Amo a la política. Soy feliz haciendo política, a veces hasta en momento dolorosos como el presente. Hago lo que me gusta, pero tengo que creer en lo que hago, porque en los 90′ había momentos que no podía hacer política. Me levantaba, me escuchaba y no me creía.

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