A 16 días para la final de la Copa Libertadores entre Boca y Fluminense, y tras una larga novela que duró todo el día, se resolvió que la definición se llevará a cabo en el Maracaná.
La medida se tomó tras la reunión entre las dirigencias del Xeneize -que tuvo la presencia de Juan Román Riquelme- y del Flu, luego de que en Brasil surgiera la información de que Conmebol analizaba mudar el partido de Río de Janeiro por un conflicto con Flamengo, el club que hace de local allí, presionaba para jugar unos días antes un duelo por el Brasileirao allí sumado a un trasfondo político.
La información había surgido este jueves temprano por parte del diario O Globo de aquel país y comenzó a resonar con fuerza por estas latitudes. Por eso es que se aprovechó la reunión pautada de antemano entre las partes -Conmebol y los dos conjuntos finalistas- para tratar el tema y finalmente hubo una resolución que deja tranquilos a aquellos hinchas que ya habían sacado boleto con anterioridad.
A priori ya era poco probable que el órgano que preside Alejandro Domínguez puediera llegar a tomar la decisión de cambiar cuando gran parte de las localidades -todas excepto los 20 mil lugares que tiene Boca- ya fueron vendidas. Además, eso implica que miles de hinchas sacaron sus pasajes y alquilaron hospedaje para estar presentes el 4 de noviembre. Sin embargo, el Mengao presionó por sus intereses.
Flamengo enfrentará a Bragantino el 28 de octubre, pero por protocolo Conmebol tenía que tener a disposición el estadio unos cuantos días antes, además de que priorizarán los cuidados para que el césped llegue en óptimas condiciones. Además, desde el Mengao habían pedido más localidades a la organización que las disponibles para los dos clubes finalistas. ¿Cuál era la alternativa si se caía el Maracaná? Se llegó a proponar al Morumbí, pero ese mismo fin de semana la Fórmula 1 se correrá en San Pablo, lo que complicaba todo aún más.
Consultado por tycsports.com, el periodista del canal TNT Sports Brasil Raphael Figueiredo explicó cómo son los entretelones del conflicto que nace de una situación política. El Maracaná es un estadio que pertenece al estado de Río de Janeiro y tanto el Flu como el Mengao tienen la concesión para utilizarlo alternativamente. Sin embargo, pese a que ambos clubes deberían encargarse de su mantenimiento, solo el Fla realiza las erogaciones económicas necesarias para eso, lo que originaba el principal foco de conflicto.
Fuente: tyc sports