Finlandia batió esta semana todos los récords políticos con la investidura de la socialdemócrata Sanna Marin como nueva primera ministra. Con sus 34 años recién cumplidos, es actualmente la jefa de Gobierno más joven del mundo. Liderará un Gobierno de coalición con otros cuatro partidos que van desde el centro hasta la izquierda radical.
Las cuatro fuerzas políticas están también dirigidos por mujeres, tres de ellas también treintañeras, que además ocupan ministerios importantes en el gabinete. La nueva generación llega al poder en el país que ocupa ahora mismo la presidencia semestral de turno de la Unión Europea.
La llegada al poder
El ascenso meteórico de Marin, que hasta ahora era ministra de Transportes y Comunicaciones, se produce no obstante en un contexto traumático para su formación política, el Partido Socialdemócrata finés.
El antiguo jefe de Marin, Antti Rinne (57 años), se vio forzado a renunciar la semana pasada como primer ministro tras apenas seis meses en el cargo por su mala gestión de una huelga en Correos. La oposición le acusó de haber ocultado al Parlamento que conocía y dio su visto bueno a los planes del servicio postal de recolocar a centenares de trabajadores en una filial con peores condiciones salariales.
El Partido del Centro, que forma parte de la coalición, pidió la cabeza de Rinne y forzó su caída. Un hundimiento que se ha producido en plena recta final de la presidencia finlandesa de la UE.
En lugar de lanzarse a unas nuevas elecciones -en las que probablemente se hubiera impuesto el ultraderechista Partido de los Finlandeses, al que las últimas encuestas le dan la victoria con el 24% de los votos- los cinco partidos que están en el Gobierno han decidido renovar la coalición, pero cambiando al primer ministro. En su calidad de primera fuerza política, la designación le correspondía a los socialdemócratas. En la votación celebrada este domingo, Marin se impuso al otro candidato, Antti Lindtman (39 años) por 32 votos frente a 29.
Ministerios
Por su parte, Katri Kulmuni, de 32 años, que en septiembre tomó las riendas del Partido del Centro en sustitución del ex primer ministro Juha Sipila, asciende al cargo de ministra de Finanzas en el nuevo gabinete que será confirmado este martes.
La líder del Partido Verde, Maria Ohisalo (34 años), continuará como ministra del Interior, mientras que la presidenta de la Alianza de Izquierda, Li Andersson (32 años), se mantiene como ministra de Educación. La jefa del Partido Popular Sueco, Anna-Maja Henriksson (55 años), que representa a la minoría sueca en Finlandia, sigue también como ministra de Justicia.
«Mi partido no está en el Gobierno, pero me alegro de que los líderes de los cinco partidos en el Gobierno sean mujeres. Demuestra que Finlandia es un país moderno y progresista. Algún día, el género no importará en el Gobierno. Mientras tanto, somos pioneros», ha escrito en su cuenta de Twitter el ex primer ministro, Alexander Stubb.
De origen humilde y familia gay
«En realidad, nunca pienso en mi edad o en mi género, pienso en las razones por las que me metí en política y en las cosas por las que nos hemos ganado la confianza del electorado», dijo Marin tras su elección este domingo.
En la lista de jefes de Gobierno treintañeros en activo figuran también el primer ministro de Ucrania, Oleksiy Honcharuk (35 años); el líder coreano, Kim Jong-Un (36 años); el presidente de El Salvador, Nayib Bukele (38 años); y la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern (39 años). Pronto podría arrebatarle el trono el austriaco Sebastian Kurz (33 años), que ya fue primer ministro con 31 años, ha vuelto a ganar las elecciones el pasado septiembre y está tratando de formar Gobierno.
Casada y con una hija que está a punto de cumplir 2 años, Marin empezó a los 27 años su fulgurante carrera política como alcaldesa de Tampere, una ciudad industrial considerada bastión tradicional de la izquierda en Finlandia. Es licenciada en Ciencias de la Administración y pertenece al ala más izquierdista y verde del partido socialdemócrata. Ocupa un escaño en el Parlamento finés desde 2015 y entró por primera vez en el Gobierno en junio de este año como ministra de Transportes.
Hija de madre soltera, la nueva primera ministra finlandesa ha hablado a menudo de sus orígenes humildes y las dificultades financieras de su familia. Ella ha sido la primera en alcanzar una educación universitaria.
«Nunca habría podido salir adelante ni tener éxito sin un Estado del bienestar fuerte y sin el sistema educativo finlandés», ha explicado en una entrevista al periódico Helsingin Sanomat.
Marin también se ha expresado públicamente sobre el «estigma» que sufrió en su niñez por formar parte de una familia gay, ya que su madre entabló una relación con otra mujer.
«El silencio era lo más duro. No se nos reconocía como una auténtica familia igual que las otras», explicó en una entrevista. Eso le ha llevado a dar una importancia capital a la igualdad de género y los derechos humanos. Marin destaca además el apoyo incondicional que siempre le ha prestado su madre: «Ella me ha hecho creer que puedo hacer exactamente lo que quiero».
El Tribuno