El presidente de Francia, François Hollande, calificó el ataque de este martes contra una iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, a 125 km al norte de París, en Alta Normandía, como «acto cobarde» perpetrado por «terroristas».
El mandatario viajó, junto con el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, a la localidad del noroeste de Francia, donde dos hombres asesinaron a un sacerdote e hirieron a otra persona de gravedad, antes de ser abatidos por agentes de las Fuerzas especiales de la Policía.
En una conferencia de prensa celebrada a pocos metros de la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, el presidente galo confirmó la información adelantada más temprano por medios locales: en el momento del ataque, los secuestradores «se reivindicaron del Estado Islámico» (ISIS, por sus siglas en inglés).
«Me reuní con la familia del cura», dijo Hollande, quien agregó: «Hablé también con los rehenes que expresaron el dolor, la tristeza y la voluntad de entender» lo que sucedió este martes en esa localidad tranquila de menos de 30.000 habitantes. «Quisimos viajar para expresar nuestro apoyo a las fuerzas de seguridad que intervinieron de manera muy rápida», destacó Hollande, quien agradeció además a los bomberos.
El mandatario se refirió al nivel de amenaza terrorista en el país galo que consideró «muy alto» y expresó la determinación del Gobierno a luchar contra el ISIS que «trata de dividir» a los franceses. «Estamos frente a un grupo que nos declaró la guerra. Debemos desarrollar esta guerra, por todos los medios, respetando el derecho, porque estamos en una democracia», agregó el presidente francés.