«Venir acá fue una decisión importante en mi carrera. Influyó que mi coach es argentino, que quiero progresar sobre polvo de ladrillo y también porque me gusta mucho este país», subrayó el nipón de 27 años, ubicado en el quinto puesto del ranking mundial de la ATP, quien jugará en Buenos Aires y luego en Río de Janeiro.
Nishikori concedió una entrevista a Télam en una sala aledaña a la carpa de prensa montada en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, en una jornada signada por la lluvia que motivó el retraso de la programación original.
El japonés se mostró de muy buen humor y respondió con mucha cordialidad, en una presencia exótica en Buenos Aires.
Además, en la misma semana se juega el ATP de Memphis en los Estados Unidos, sobre superficie rápida y bajo techo, un torneo que el nipón ganó cuatro veces consecutivas, en 2013, 2014, 2015 y 2016.
«Mi entrenador es argentino, me llevó a recorrer la ciudad y también me hizo probar la carne de acá, que me gusta realmente mucho», añadió el japonés nacido en Matsue y radicado en Bradenton, Estados Unidos, y entrenado desde hace siete años por Dante Bottini, un coach de Coronel Pringles que guía su carrera.
Nishikori había estado en el ATP porteño en la edición de 2012, cuando venció al español Juan Carlos Ferrero, al rumano Victor Hanescu y luego cayó en cuartos de final frente al suizo Stan Wawrinka.
En esa época ocupaba el puesto 17 del ranking mundial y no había obtenido buenos resultados sobre polvo de ladrillo, algo que esperar mejorar este año en un cuadro muy difícil con los españoles David Ferrer y Tommy Robredo, más el italiano Fabio Fognini, entre los principales candidatos al título.
«Después del abierto de Australia entrené mucho en canchas de polvo de ladrillo en los Estados Unidos. Creo que mi juego acá mejoró y espero demostrarlo, aunque el cuadro es durísimo por lo que pude observar, con muchos especialistas», añadió Nishikori, quien debutará el miércoles o jueves ante un argentino: Diego Schwartzman o Facundo Bagnis.
El japonés generó una revolución en su país, al punto de que en cada torneo de Grand Slam lo siguen no menos de 50 periodistas, algo que no había sucedido anteriormente, y en Buenos Aires ya sedujo el interés de al menos cinco medios que merodearon la sala de prensa en procura de una entrevista.
Fuente: Telam