El cigarrillo electrónico, un dispositivo que comúnmente es utilizado como reemplazo del cigarrillo de tabaco, se cobró una vida en el estado de Florida, Estados Unidos, y de una manera insólita.
Según reveló el canal de noticias ABC Action News, Tallmadge Wakeman D’Elia en falleció a principios del mes de mayo como consecuencia de la explosión de un vaporizador de origen filipino.
La víctima, de 38 años, estaba ese 5 de mayo en su casa en St. Petersburg, Florida, cuando se registró el incidente. Los bomberos acudieron de inmediato, pero cuando llegaron al domicilio encontraron el cuarto en llamas.
Bill Pellan, médico forense de Pinellas, Florida, confirmó que las quemaduras que sufrió Tallmadge Wakeman D’Eliaen comprenden el 80% de su cuerpo y fueron producto de la explosión del cigarrillo eléctrico, no así como consecuencia del incendio.
La autopsia también reveló que las heridas que D’Elia tenía en la cara fueron catalogadas como «heridas de proyectil» y causadas por el impacto del golpe del cigarrillo electrónico.
Este cigarrillo es un producto fabricado por Smok-e Mountain, un dispositivo aún sin regular en Estados Unidos y sin características de seguridad, aseguraron desde ABC Action News.
Los incendios y las explosiones de esta clase de vaporizador no son comunes, pero en caso de que sucedan «sus consecuencias pueden ser devastadoras y alterar la vida de las personas», de acuerdo con la estadounidense Agencia para el Manejo de Emergencias (FEMA), que compila las estadísticas sobre estos cigarrillos electrónicos.
Más del 60 por ciento de las explosiones o incendios ocurren cuando el dispositivo está dentro de un bolsillo o en uso activo, según un informe realizado por la agencia federal.
(Fuente: ANSA)/Clarín