Gabriel Cruz, el pequeño de ocho años encontrado muerto en el maletero del auto de su madrastra, quien le quitó la vida, está siendo velado en la Catedral de La Encarnación de Almería.
Desde muy temprano miles de personas se dirigían a dar el último adiós al niño, hallado este domingo después de 12 días de una ardua búsqueda que movilizó a toda España.
Ana Julia Quezada, de 35 años y nacida en República Dominicana, acompañó al padre durante toda la búsqueda del menor, e inclusive hablaba con la prensa como una de las voceras de la familia y llevaba una remera con la foto del niño.
Quezada había ido este domingo a un pozo a recuperar el cuerpo de Gabriel y al regresar a su casa con el cadáver del chico en el baúl de su vehículo fue detenida por la Guardia Civil. La arrestaron cuando pretendía entrar en el estacionamiento del edificio donde vive. Los vecinos aseguraron que ella gritaba que no era asesina y que cuando abrieron el baúl, vieron el cadáver tapado con mantas.
La autopsia del menor reveló que Gabriel murió de asfixia por estrangulamiento el mismo día en el que se le perdió el rastro.
Las sospechas sobre Ana Julia estuvieron desde el primer momento: ella lo había visitado el día que despareció y fue la que dijo encontrar una misteriosa camiseta blanca que contenía el ADN del menor.
Más de 5 mil personas despidieron a Gabriel, mientras que su eventual asesina, Ana Julia Quezada, quedó detenida como presunta homicida tras confesar al padre del niño su autoría en los brutales hechos.
Cabe destacar que la dominicana Quezada fue una protagonista activa en la búsqueda del menor extraviado en un principio cuando se dirigía a casa de sus primos, y además se mostró a los medios llorando y consolando al padre de la víctima. En suma, está siendo investigada por la muerte de su primera hija, quien cayó desde una ventana de un edificio en la década de los 90.