– Cuando usted hace las facturas, ¿qué pone? ¿Pone Gobierno, pone PRO?
– No tengo ningún vínculo oficial con el Gobierno.
– ¿Pero tiene un contrato, algo, o es por campaña electoral?
– No, no, no hay eso…
– ¿Cómo?
– No, no tengo ninguna vinculación ni con el Gobierno ni con Cambiemos, yo tengo una relación con Mauricio Macri y con personas del PRO.
– Pero no trabaja ad honorem supongo.
– Yo me retiré hace cinco años…
(Extracto del reportaje a Jaime Durán Barba del pasado jueves 8 de junio en el programa de Ernesto Tenembaum en FM Radio Con Vos).
A Gandhi José Espinosa Tinajero casi no le escucharon la voz en los dos encuentros de campaña en los que participó en las últimas semanas. Primero en el amplio departamento del primer piso de la calle Balcarce, en el barrio porteño de San Telmo, alquilado este año por el macrismo bonaerense, en la cena que hace una semana semana y media compartieron una veintena de funcionarios provinciales. Misma escena en la sede del Gobierno de la Ciudad, en Uspallata, hace dos viernes, con la cúpula del macrismo porteño. Es que cuando se sienta junto a sus socios, jefes y amigos Jaime Durán Barba y Santiago Nieto -mano derecha del consultor-, Espinosa Tinajero no necesita hablar. No le hace falta. Solo se dedica a a hacer anotaciones en su computadora portátil.
Treinta años menor que Durán Barba, ecuatoriano como él y de estrecha confianza desde hace años, Espinosa Tinajero, un técnico de perfil bajo y ribetes estrafalarios que son la delicia de varios funcionarios provinciales, es uno de los integrantes principales del staff del consultor estrella de la Casa Rosada y de la provincia de Buenos Aires. A cargo de las encuestas, hasta el 2015 repartía su tiempo entre la Argentina y Ecuador, hasta que Durán Barba lo radicó definitivamente en nuestro país en sintonía con el desembarco de Mauricio Macri en el gobierno nacional y de María Eugenia Vidal en La Plata.
En territorio bonaerense fue donde Durán Barba, que según los registros oficiales no registra ni monotributo, se asentó con más comodidad. Espinosa Tinajero, cuyo domicilio fiscal está fijado en el departamento de la avenida Alvear que alquila el consultor predilecto del PRO, asumió en abril del año pasado la presidencia de Inversora Boroca SA, una sociedad creada hace 27 años, que según el último balance presentado a la Inspección General de Justicia (IGJ), correspondiente al ejercicio 2015, no registró grandes movimientos.
Durán Barba le dio otro impulso a la sociedad. Según pudo saber Infobae en base a fuentes de la firma y registros oficiales, Inversora Boroca le facturó entre el 2016 y este año por la confección de encuestas y asesoramiento unos $6,8 millones de pesos al gobierno bonaerense, una cifra menor -no es la única- en comparación con los millones que se gastan de la torta publicitaria pero que tira por la borda la explicación del ecuatoriano de hace poco más de un mes en el programa de Tenembaum. Inversora Boroca, una de las firmas con las que ahora Durán Barba le factura al macrismo, también está inscripta en el acuerdo marco para la contratación de servicios de realización de estudios de opinión pública, el llamado registro de encuestas impulsado por la Casa Rosada.
Hasta marzo de este año, Inversora Boroca contaba con Guillermo Garat como director suplente. «Guillo», como lo conocen en el mundillo del PRO, es un viejo socio de Durán Barba que también asesora al macrismo y cuya relación con el ecuatoriano y el resto de los integrantes de su entorno viró tras el escándalo judicial por la supuesta campaña sucia contra Daniel Filmus en las elecciones porteñas del 2011 en las que Macri fue reelecto como jefe de Gobierno. Garat presta sus servicios tanto en la Ciudad, en la Provincia como en la Casa Rosada. Atiende, además, en las oficinas que alquiló en Callao al 1400, repleta de whiskys importados. Durante los festejos de Francisco de Narváez en las elecciones legislativas del 2009 -se había aliado con Macri y Felipe Solá-, Espinosa Tinajero fue uno de los que festejó eufórico junto a sus socios y amigos. Todavía lo recuerdan extasiado mientras tomaba cerveza del pico de la botella.
Garat fue reemplazado en marzo como director suplente de Inversora Boroca porÁlvaro Diego Rivadeneira Hidobro, un joven de 30 años proveniente de una familia acomodada de la ciudad de Ibarra, al norte de Quito. Estudió en Buenos Aires pero casi nadie lo conoce. Es otro de los «prestanombres» del estratega comunicacional del Gobierno.
En las últimas semanas, Durán Barba y sus socios se abocaron casi con exclusividad a la campaña bonaerense. El ecuatoriano tiene un rol clave en la estrategia electoral. Fue de los que más machacó en la idea de no confrontar con el kirchnerismo. En la provincia de Buenos Aires intercambia pensamientos con Juan «Papón» Ricciarelli, el publicista central de Vidal, que en los últimos meses empezó a competir internamente con Equipo Bon Plan, una agencia vinculada a un importante productor de televisión con acceso privilegiado a la Casa Rosada y, especialmente, a la quinta de Olivos.