El Gobierno defendió el proyecto de ley del nuevo régimen penal juvenil, que busca bajar a los 15 años la edad de imputabilidad penal de los menores sólo en delitos graves.
En tanto, siguen los cuestionamientos de una parte de la oposición y de la Iglesia.
«Quince años es un punto de consenso y está basado fuertemente en la estadística. A partir de los 15 años, un joven comprende la criminalidad de sus actos y debe responder con un régimen especial», el ministro de Justicia, Germán Garavano a La Nación.
Según detalló Garavano, en ese listado están incluidos «las violaciones, algunos homicidios, algunos hechos realmente graves, que por suerte todavía no son muchos, con penas mayores a los 15 años de prisión».
Ayer, varios religiosos y curas villeros, encabezados por el padre José María Di Paola, se sumaron a las críticas que recibió la propuesta.
«Pensar la baja de la edad de punibilidad como respuesta a la seguridad ciudadana, al margen del contexto social, es demagogia punitiva», advirtió la Comisión de los Derechos Humanos por la Inclusión, constituida el año pasado por el padre Pepe y otros sacerdotes, religiosas y laicos que trabajan en barrios vulnerables. Evitando la confrontación, Garavano comparó la legislación actual con el resto de los países de la región.
Fuente: La Voz del Interior