Este fin de semana no hubo sorpresas en el Madison Square Garden. La mano izquierda de Gennady Golovkin se aseguró de eso. El regreso del kasajo a los grandes escenarios fue breve y contundente, al noquear al canadiense Steve Rolls casi en el final del cuarto round.
No había títulos en disputa, y Golovkin se aseguró de que tampoco hubiera sorpresas como el increíble triunfo de Andy Ruiz Jr. sobre Anthony Joshua, de hace una semana. GGG estuvo lento y dubitativo, quizás fuera de ritmo después de no pelear desde septiembre. Eso fue hasta que comenzó a conectar con regularidad en el cuarto round.
Una implacable zurda derribó a Rolls, quien tuvo problemas para ponerse de pie y, evidentemente, no estaba en condiciones de continuar con el combate.
Golovkin (39-1-1, 37 KOs) había puesto a Rolls en problemas instantes antes gracias a una serie de sólidas combinaciones que hicieron recordar los mejores momentos de Triple G.
Al concluir la exhibición ante Rolls, Golovkin, excampeón del peso medio unificado, que perdió ante Saúl «Canelo» Álvarez, retó al púgil mexicano para protagonizar una segunda revancha este mismo año.
La pelea contra Rolls fue el debut de Golovkin junto a su nuevo entrenador Johnathon Banks después de separarse del mexicano estadounidense Abel Sánchez, con el que estuvo la mayoría de sus años como profesional.
También comenzó un contrato de seis peleas, tres años y nueve cifras con la transmisión deportiva DAZN, que firmó después de la finalización de su contrato con HBO y la salida de esa cadena del negocio de boxeo a fines del año pasado.
«Me siento genial. Como un nuevo bebé, completamente diferente porque volví al nocaut. Me encantan los nocauts y me encanta Nueva York. Fue una gran noche para todos», declaró Golovkin.
Golovkin (39-1-1, 35 KOs), de 37 años, con base en Santa Mónica, California, reiteró que todavía tiene boxeo que ofrecer y está listo para la gran revancha frente a Canelo Álvarez.