No aparecen en los reclamos de los organismos de derechos humanos. Hasta ahora eran ignorados por el Estado. Pero acarrean desde chicos angustias, incertidumbres y reclamos en silencio.
Actualmente hay 800 personas que han decidido dar el paso para mostrar abiertamente sus problemáticas. Pero podrían ser miles más. Es gente que busca a sus padres, su rastro familiar y su historia de vida.
En esta inmensa y ardua tarea de atención o contención para los chicos que fueron adoptados ilegalmente, que desconocen donde están sus madres biológicas o que fueron arrancados por la fuerza de sus familias se encuentra inmersa hoy la Red de Trabajo sobre Identidad Biológica (RETIB) que depende de la Secretaria de Derechos Humanos.
Se trata de los casos de argentinos que desconocen su identidad de origen, por haber sido inscriptos en una familia que no es la que les corresponde biológicamente.
Hasta la creación de la RETIB el año pasado, esta problemática, en casos no relacionados con la dictadura, jamás había tenido un espacio de atención dentro del Estado nacional.
Sólo existía hasta hace un año el Banco de Datos Biológico limitado a los períodos de la dictadura para atender aquellos casos de chicos que querían saber su verdadera identidad.
«El principal objetivo de la RETIB es la evaluación de la problemática a nivel nacional y el diseño de políticas públicas tendientes a garantizar el ejercicio del derecho a la identidad», expresó a Infobae Valeria Efron, la coordinadora de este organismo.
Hasta ahora se han recibido 800 consultas, se han realizado 200 entrevistas personales y se ha asesorado a 230 personas.
¿Cómo funciona la Red de Trabajo sobre Identidad Biológica?
Aquellas personas que sienten curiosidad por la identidad de sus padres, creen que sus familias no son las biológicas o han escuchado historias de abandono de algún conocido se acercan la RETIB.
No se trata de una tarea fácil. Hay un equipo de psicólogos y especialistas para dar contención a estos chicos. También existe una ayuda permanente en muchas provincias de las ONG que se dedican a estos temas.
En algunos casos los consultantes han cancelado las entrevistas manifestando que no se encontraban en condiciones de brindar su testimonio en ese momento.
«Es un momento muy fuerte en lo personal que hay que respetar. Pero ahora hay un Estado que contiene y no deja a la deriva a esta gente», reflexiona Efron que trabaja junto a un amplio equipo de especialistas.
En algunos casos la información se multiplica por la denuncia de una persona: es decir, el dato de una partera señalada porque en determinado lugar se dedicaba a extraer niños de sus madres y les decía que habían muerto al nacer para luego venderlos.
En la actualidad desde la RETIB se trabaja en conjunto con la Defensoría del Pueblo de la Nación y el Observatorio de Derechos Humanos del Senado de la Nación. Allí trabajan desde hace tiempo con la ex senadora Norma Morandini y a través del Consejo Federal de Derechos Humanos se coordinan acciones a fin de lograr un análisis y abordaje a nivel nacional de la temática.
La intención es armar paulatinamente una base de datos que en el futuro pueda contener el ADN de todos los que tienen vocación y espíritu de búsqueda. Así como existe un banco de datos para los casos de la dictadura, la intención del gobierno es crear una red similar para atender estos otros casos que quedaron afuera de ese universo.
Ya hay una Base de Datos para receptar y centralizar toda la información, brindada voluntariamente, relativa a personas cuya identidad biológica fue alterada en casos no vinculados a hechos de lesa humanidad, a fin de desarrollar propuestas para la promoción y protección del derecho a la identidad.
Hay varios pasos por cumplir para dar con este banco de datos:
1-El relevamiento y obtención de los datos a través del contacto con los interesados. La entrevista es de carácter confidencial.
2- La sistematización de la información recibida.
3- El diagnóstico de la situación con la producción de informes.
4- La propuesta de acciones de promoción y protección del derecho a la identidad. Para ello, por ejemplo, se intensificó la tarea de difusión en redes sociales.
Para los casos en que el equipo de la RETIB lo considere necesario, se abrió un espacio de contención y tratamiento psicológico a través del Centro Ulloa de la Secretaría de Derechos Humanos.
Siempre se trabaja bajo estrictas normas de confidencialidad de la información. También hay una firma de consentimiento informado donde se pone en conocimiento de las personas el marco de la RETIB, los alcances e incumbencias. Así, sólo están habilitados los agentes que trabajan en la RETIB, quienes se comprometen a través de un convenio de confidencialidad.
Las actividades de promoción y protección del derecho a la identidad con organismos del Estado Nacional, gobiernos provinciales, y con ONGs es fundamental. En provincias como Mendoza, Córdoba, Buenos Aires o Chaco se trabaja intensamente en la búsqueda de datos con las ONG.
«Desde el inicio de esta gestión hemos establecido como prioridad la promoción y protección del derecho a la identidad biológica, como un derecho humano fundamental, que muchas veces ha sido vulnerado y que no ha tenido hasta el momento un espacio de atención por parte del Estado Nacional», dijo a Infobae el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj.
De esta manera, desde el gobierno Avruj dejó en claro que la intención es «federalizar los alcances de la RETIB para llegar a cada rincón del país. Estamos convencidos que un Estado eficaz es aquel que está a disposición de la gente».