El ex canciller Paolo Gentiloni juró este lunes como nuevo primer ministro de Italia tras presentar un gabinete de marcada continuidad con el de su antecesor Matteo Renzi, antes de buscar desde el martes la confirmación del Parlamento.
Gentiloni, de 62 años, dijo que la prioridad de su gobierno será ayudar a sancionar una nueva ley electoral que permita convocar comicios el año próximo para poner fin a la crisis política aguda abierta por la renuncia de Renzi tras su derrota en un reciente referéndum sobre reforma constitucional.
Antes de jurar «ser fiel a la República» frente al presidente Sergio Mattarella, el nuevo premier hizo a un lado las «reservas» con que el domingo aceptó el encargo de formar gobierno y presentó un gabinete que mantiene en sus carteras a 10 de 11 ministros de su correligionario Renzi, líder del Partido Democrático (PD).
Además, Gentiloni anunció que será reemplazado al frente de la Cancillería por el hasta ahora ministro del Interior, Angelino Alfano, líder del partido conservador Nuevo Centroderecha (NCD), aliado del PD.
Gentiloni asumió así el gobierno número 64 del país en los 70 años de vida de la República, y dijo que lo hacía con la prioridad de «facilitar el trabajo de las diversas fuerzas parlamentarias» para la sanción de una nueva ley electoral que permita convocar a elecciones el año próximo.
En el gabinete, los dos funcionarios de mayor confianza de Renzi tendrán nuevos destinos: María Elena Boschi dejará de ser ministra para las Relaciones con el Parlamento y las Reformas para ser subsecretaria de la Presidencia del Consejo, donde reemplazará a Luca Lotti, que será ministro de Deporte.
Dentro de los nuevos miembros del gabinete, la senadora del PD Anna Finocchiaro asumirá la cartera de Boschi en la relación con el Parlamento, el hasta ahora jefe de los servicios secretos Marco Minniti reemplazará a Alfano en Interior y la también senadora del oficialismo Valeria Fedeli reemplaza a Stefania Giannini en Educación.
En una escueta declaración al presentar a su equipo, Gentiloni adelantó que el martes comenzarán a buscar el voto de confianza del Parlamento para poder estrenar el cargo en el Consejo Europeo, o cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE), que se hará este jueves en Bruselas.
En el encuentro, Gentiloni dijo que planteará los temas de «las políticas migratorias comunes y las políticas economías finalmente dedicadas al crecimiento», en lo que parece un contraste con la austeridad pedida por la UE y Alemania.
Además, el nuevo gobierno deberá afrontar otros compromisos externos como la realización de la Cumbre del G7 de mayo próximo en Taormina y darle solución a la crisis que atraviesa el tercer banco del país, el Monte Dei Paschi, de Siena.
El proceso de ratificación de Gentiloni por ambas cámaras comenzará el martes en Diputados, donde sobre 630 el PD tiene 301 legisladores propios y otros 81 de las fuerzas políticas que conforman la coalición de gobierno, incluidos 25 del NCD, que con la designación de Alfano quedan reforzados dentro de la coalición.
El miércoles irá al Senado, donde de los 315 miembros de la Cámara alta, 113 son del oficialismo, más 29 aliados fijos y otros variables, que pueden estirar sus números hasta los 173 con los que se aprobó el presupuesto la semana pasada.
A última hora, sin embargo, mientras Gentiloni presentaba su gabinete a Mattarella, el hasta este lunes aliado del PD en el Senado Denis Verdini, al que responden 18 legisladores, anunció que no darán su apoyo al gobierno, incluyendo la posible salida de Enrico Zanetti como viceministro de Economía, lo que puede obligar al nuevo premier a buscar otros aliados en la Cámara Alta.
En ese marco, el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E), que no participó de la ronda de consultas de este lunes y que había hecho campaña por el «No» en el referéndum que volteó a Renzi, rechazó una vez más la designación de Gentiloni y convocó a una movilización masiva para el 24 de enero.
Por su parte, el partido antiinmigración Liga Norte, que también se opuso a la reforma constitucional de Renzi, anunció a través de su líder Matteo Salvini que no irá a la Cámara para votar al confianza al nuevo primer ministro y que mantienen movilizaciones que habían convocado para el próximo fin de semana.
«Evitamos perder tiempo con las consultas mientras hay un fantasma elegido como primer ministro», disparó Salvini.
«Equipo que pierde no se toca», ironizó en tanto en Twitter el diputado del M5E Luigi Di Maio al conocer la permanencia de Lotti, Alfano y Boschi en el gabinete.
Desde conocida la renuncia de Renzi, Liga Norte y el M5E piden un rápido llamado a elecciones apenas la Corte Constitucional se expida el 24 de enero sobre los recursos presentados contra la ley electoral vigente, el «Italicum».
Esta ley sólo prevé la votación para la Cámara de Diputados porque estaba atada a la eliminación de las funciones legislativas del Senado que contemplaba la reforma constitucional sometida a votación en la consulta popular del 4 de diciembre pasado.
Rechazada la reforma, la propuesta de M5E y Liga Norte es adaptar esa norma para que sirva como método de elección para ambas cámaras.
Más cerca de la postura de Mattarella de discutir de cero en el Parlamento una nueva ley electora, el partido conservador Fuerza Italia, de Silvio Berlusconi, pidió al designado premier que «trabaje para unir al país, porque Renzi lo dividió», aunque adelantó que votarán en contra de su designación.
Tras su renuncia el pasado miércoles luego de 1.019 días en el gobierno pero con la mira en las próximas elecciones, Renzi pidió este lunes que el PD convoque a un Congreso partidario «sabiendo que habrá una fecha inminente de llamado a las urnas, porque es evidente que en los próximos meses iremos a votar, como hemos pedido».
De todas formas, si bien el «apalusómetro» durante la reunión de dirección partidaria ratificó los apoyos con los que aún se mantiene en el rol de Secretario General, los sectores de la denominada «minoría PD» criticaron a Renzi y pidieron, en la voz del diputado Roberto Speranza, un «cambio con humildad» tras la derrota en el referéndum.
«Hace falta cambiar de rumbo radicalmente. La realidad es siempre más fuerte que las comunicaciones, y 33 millones de italianos han mandado un mensaje» en las urnas, por lo que «así el PD está destinado a morir. Hay que ver la rabia y las inquietudes de la sociedad, para las próximas elecciones deberemos convencer a muchos de los 19 millones que han votado ‘No’ en el referéndum», agregó.
Fuente: Telam