Gerard Piqué fue uno de los mejores zagueros de los últimos 20 años, multicampeón con Barcelona y ganador del Mundial con la selección de España. No obstante, el central también fue noticia en continuado por cuestiones extradeportivas: desde su olfato para los negocios (creó y gestiona la Kings League, el exitoso torneo de fútbol 7 con reglas heterodoxas) a sus problemas de pareja, que derivaron en la escandalosa separación de Shakira, con versiones de múltiples infidalidades de por medio.
“En Zaragoza había un local escondidito, un bar pequeño, ahí en el rinconcito. No te veía nadie. Se llamaba El Buscón, no sé si existe aún. El Buscón. No sabes lo que era”, introdujo el ex deportista devenido empresario (su firma, Kosmos, llegó a tener a su cargo el formato de la Copa Davis). “Hacía de DJ y todo”, sorprendió con su versatilidad.
“Entonces, El Buscón… el dueño era Gerard Piqué Bernabéu, ¿no?”, lo aguijoneó Llanos, quien no se esperó que su interlocutor redoblara la apuesta. “Yo era el dueño, pero por detrás. No daba la cara, no era el testaferro, era otro y yo estaba por detrás. Servía copas… hacía de todo ahí”, añadió, con tono de añoranza.
¿Por qué la nostalgia del jugador? “Es que Zaragoza… Zaragoza es Zaragoza, tío. Fueron mis primeras experiencias…”, argumentó. Piqué nunca negó su afición por sus aventuras nocturnas. Incluso le puso cierra a su carrera con una “fiesta clandestina” en un famoso local bailable de Cataluña a la que invitó a sus ex compañeros del Barcelona en noviembre del año pasado.
Aquella celebración se dio en un contexto incómodo para la plantilla: acababa de tropezar en el principal objetivo de la temporada, dado que no había avanzado a los octavos de final de la Champions League. No obstante, se llevó a cabo el evento “cuando a las doce de la noche todos los jugadores deben estar en casa y se fueron a esta fiesta privada”, según la descripción del periodista Jordi Martin.
Al mismo tiempo, en plena efervescencia por su ruptura con Shakira (hoy está en pareja con Clara Chía Martí), los medios españoles sacaron a la luz los trucos a los que apelaba en sus escapadas furtivas. Por ejemplo, según el show televisivo Socialité, era habitué de un bar llamado La Traviesa, algo similar a lo que describió sobre su paso por Zaragoza con El Buscón.
Tan cliente vip era que disponía de un salón “reservado”, rodeado de cortinas rojas, al que sólo él definía quién entraba y quién no. Arribaba en taxi, nunca en alguno de sus automóviles. Ingresaba por una puerta lateral, ubicada en una calle poco transitada. Particularidades del lado B del personaje, que en la cancha se ganó un lugar entre las leyendas de su puesto, y fuera de ella sus excursiones de madrugada le costaron más de un dolor de cabeza.
Fuente Infobae
