«Sentimos que hemos estado unidos desde otras vidas, pero no decretamos que moriremos juntos. Una gran clave es vivir este amor sin titularlo, sin desesperarse por que funcione. La obsesión da error». Nicolás Vázquez y Gimena Accardi están en pareja hace nueve años, actúan en la exitosa obra El otro lado de la cama y son los conductores deComo anillo al dedo por El Trece. Para ellos, es el mejor año de sus vidas y quieren coronarlo con la formalización de su amor y tienen planes de agrandar la familia.
«Es nuestro mayor deseo», afirmaron los actores sobre las ganas de traer un niño al mundo, en una entrevista con la revista Gente, la primera que realizan juntos desde que están en pareja. «No somos la pareja infalible ni queremos vender perfección. Tan sólo nos resulta simple ser así; nos queda fácil amarnos», dijeron, muy enamorados.
Vázquez, que estuvo casado con la actriz Mercedes Funes entre 2006 y 2007, pensó que no volvería a repetir la experiencia de pasar por el altar, pero los sentimientos por su colega son más grandes: «Hace poco le dije a Gime «amor, tengo ganas de casarme'». Y ella agregó: «Fantaseamos con la idea. Pero sería algo sin cura, firmas ni anillos. Será de repente y cero estrés: un festejo de amor muy hippie y con la bendición de algún amigo».
Su relación comenzó como una amistad hace diez años, cuando interpretaron a los hermanos de Marco en Alma Pirata por Telefe. Un año después, mientras trabajaban en Casi Ángeles, él se divorció y ella lo contuvo con un abrazo de contención. «Sin querer, algo en las entrañas nos pasó para siempre», recordaron.
«Muchas veces me siento raro charlando sobre amor entre amigos. Algunos hablan de presiones, de mujeres que rompen los huevos, y no puedo compartir sensaciones. Gime me enamoró porque anda por la vida sin rollos ni grandes pretensiones, sólo buscando ser feliz.
Ella me enseñó a equilibrarme, a pensar en mí y a quererme un poco más. Hasta Gime, el amor era vivir una historia: ahora no puedo imaginar la vida de otra manera», dijo el galán. Ella concluyó: «Tenemos un amor sin reglas, leyes ni prejuicios. Vivimos recordando que nada es tan grave como parece. Entonces el humor se cuela más fácil y la convivencia se hace divertida».