En Estados Unidos más de 165.000 personas murieron en los últimos 20 años por sobredosis de este tipo de narcóticos recetados legalmente pero no controlados en su distribución según informó el Centro de Control de Enfermedades y Prevención, quienes catalogan al uso indiscriminado de opiáceos como una epidemia.
El gobierno norteamericano estima que 2.1 millones de personas son adictos a estos analgésicos y por ese motivo la administración de Barack Obama emitió un comunicado oficial donde se solicita al congreso de ese país, de manera urgente, que tome acciones para proveer los recursos necesarios para tratar esta problemática.
Obama informó que se expandirá el acceso a los tratamientos de adicciones generadas por las fuertes prescripciones de analgésicos opiáceos, muchos de los cuales tienen base de heroína y otros estupefacientes de venta legal que hacen desaparecer por completo los dolores pero generan a su vez una dependencia grave en los usuarios.
El presidente de los EEUU dejó en claro que controlar esa epidemia es prioridad de su administración mientras las agencias federales toman responsabilidad a partir de su autoridad y solicitó al congreso la creación de un fondo especial de ayuda que esté disponible para todos aquellos que se vean afectados por esta adicción.
Obama solicitó $1.100 millones de dólares para ese fondo especial que se aplicará en todos los estados afectados con el fin de mejorar la calidad de vida y recuperar al país de su adicción a este tipo de medicinas.
Por su parte, el laboratorio norteamericano Pfizer, el segundo más grande del mundo, se unió a los pedidos gubernamentales en el control de la creación y distribución de estos analgésicos que, según el comunicado oficial del laboratorio, generan «serios riesgos de adicción, incluso al ser usados adecuadamente».
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de EEUU informó que aumentó de 100 a 275 el número de pacientes a los que médicos calificados prescriben con buprenorphine una medicina para personas con desordenes provocados por el consumo de opiáceos. Las nuevas reformas impulsadas por el gobierno pretenden ampliar el acceso a esos medicamentos que permitan cortar la dependencia a los analgésicos y sus riesgos de vida por el consumo elevado.
También, el HHS trabaja en la creación de planes de divulgación que permitan explicar en todos los niveles educativos la importancia de la prescripción limitada de medicamentos y el uso responsable de los mismos en la prevención de adicciones.
Fuente: Infobae