«Intentan convertir nuestro país ya no en un país de tránsito de drogas, sino en un país productor de droga», agregó al presentar un mapa de tráfico de drogas con redadas a 1.804 fábricas de drogas desde 2020, con la «vasta mayoría» en el Chapare.
El reconocimiento subraya la creciente presión para que el Gobierno tome acciones sobre el comercio de drogas en el país, después de ser criticado por no abordar el tema. También refleja tensiones entre el presidente socialista Luis Arce y el partido gobernante MAS de Morales, un exlíder sindical cocalero del Chapare.
«En estos 17 años los gobiernos del MAS han insistido que en Bolivia había el fenómeno únicamente de tránsito de coca peruana hacia otros lados (…), pero a la par Bolivia ha logrado transitar de la pasta básica al clorhidrato», dijo el economista boliviano experto en temas de narcotráfico Carlos Toranzo a Reuters.
Detrás del cambio en la retórica, agregó, hay crecientes tensiones en el partido MAS sobre quién ejercerá su liderazgo para las elecciones que se celebrarán en dos años: Arce o Morales.
«¿Qué está en medio? La candidatura (presidencial) para 2025, cada uno quiere sacar del juego al otro», dijo Toranzo. «En Bolivia vivimos una disputa entre dos facciones del MAS, una que señala a los otros (diciendo) que son protectores del narcotráfico», concluyó.
(Reporte de Mónica Machicao, escrito por Daniel Ramos. Editado por Adam Jourdan. Traducido al español por Lucila Sigal)
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