El gobierno turco recupera el poder e inicia una purga en el sistema judicial

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El intento golpista logró la unión de los cuatro partidos políticos con representación parlamentaria y dio la oportunidad al gobierno de realizar purgas en el sistema judicial, donde destituyó a más de 2.000 jueces acusados de tener vínculos con el predicador islamista Fethullah Gülen, señalado como el cerebro del golpe y cuya extradición de Estados Unidos fue reclamada hoy por el gobierno.

El primer ministro turco, Binali Yildrim, informó que 161 personas murieron entre militares leales, policías y civiles; mientras que por el bando rebelde al menos 20 soldados perdieron la vida.

Esta última cifra contrasta con la brindada horas antes por el jefe interino de las Fuerzas Armadas, Umit Dundar quien había confirmado la muerte de 104 golpistas, elevando la cidra total a mas de 200.

Yildrim agregó que 1.470 personas resultaron heridas, 30 de ellas militares rebeldes.

Por otra parte, al menos 2.839 militares han sido detenidos por su presunta colaboración con el golpe, según Yildirim, quien ha incluido entre los sospechosos tanto a soldados rasos como a oficiales de alto rango.

El ministerio del Interior turco había informado previamente de la destitución de cinco generales y 29 coroneles.

Además, el gobierno aprovechó la ocasión para hacer una purga en la Junta Superior de Jueces y Fiscales, de donde fueron destituidos a 2.745 magistrados; mientras que el ministerio de Justicia destituyó a 5 de los 22 miembros de la propia Judicatura.

Al mismo tiempo, la policía detuvo hoy a 10 jueces del Danistay, la máxima autoridad jurídica para contenciosos administrativos y otros 38 están siendo buscados; mientras que hay orden de arresto contra 140 jueces del Tribunal Supremo (Yargitay), y se ha detenido al juez del Tribunal Constitucional Alparslan Altan.

El presidente de Francia, Francois Hollande, advirtió hoy que «sin duda» en Turquía se avecina un período de represión
Si el presidente turco, Recep Tayyip Erdogán, «ha restablecido completamente la situación, y creo que es el caso, vamos a tener un período de mucha calma pero sin duda también habrá represión», declaró el jefe del Estado francés desde Niza, donde el jueves pasado el conductor de un camión asesinó a 84 personas durante los festejos del feriado nacional.

La advertencia del mandatario galo se de en medio de un renovado clima de unidad en el Parlamento, donde los cuatro partidos iniciaron la sesión de hoy con un minuto de silencio por las víctimas del fallido golpe aunque dejaron entrever sus críticas al autoritarismo del gobierno.

Al inicio de la sesión, Yildirim describió la jornada de ayer como «una fiesta de la democracia», resaltando que la población se había opuesto a los golpistas, informó la agencia de noticias EFE.

Mientras, frente al Parlamento, una multitud que se reunió a celebrar el fracaso del golpe, llegó a pedir la pena de muerte para los golpistas al grito de»¡Dinos que matemos, y mataremos!».

Imágenes difundidas por la televisión turca mostraron a cientos de personas que, en respuesta al pedido de Erdogan de tomar las calles, acosaron a algunos soldados sublevados, que evitaron el linchamiento por la intervención policial.

La web opositora Odatv difundió además la imagen de un soldado al le cortan la cabeza.

Las protestas se convirtieron en celebraciones después de que, al amanecer, los soldados golpistas abandonaron los tanques sobre el puente del Bósforo y se rindieron a la policía, un instante transmitido en directo por las televisiones.

Hasta ese momento habían sembrado pánico los vuelos rasantes de cazabombarderos sobre el centro de Estambul y Ankara, rompiendo la barrera del sonido con un efecto fácil de confundir con detonaciones, sin que la ciudadanía supiera si estaban pilotados por rebeldes o militares leales al gobierno.

Según los medios turcos, dos helicópteros de los golpistas fueron abatidos por cazas, pero otros aviones bombardearon el Parlamento, dejando varios heridos y graves daños materiales.

La verdadera motivación de los conspiradores aun no se ha desentrañado, pero el presidente acusó desde un primer momento a la red de seguidores del predicador Fethullah Gülen, un firme aliado del gobierno hasta el 2013.

Gülen, de 75 años, vive desde 1999 en el estado norteamericano de Pennsylavnia, y es acusado por el gobierno de Erdogan de «terrorista» y de querer desestabilizar al Estado turco.

Desde su exilio, Gülen construyó un movimiento político religioso, social y económico que en los últimos años movilizó un gran número de seguidores en Turquía y en más de 130 países.

La alianza entre Gülen y Erdogan se rompió luego de que los medios del movimiento encabezado por el predicador filtraran una serie de documentos sobre investigaciones de corrupción en el gobierno del por entonces primer ministro Erdogan.

Los medios afines a Gülen han negado toda implicación y han transmitido una condena del golpe por parte del predicador, exiliado en Pensilvania.

Aunque la presencia de los gülenistas en Policía y Judicatura era conocida, hasta que estos cuerpos sufrieron amplias campañas de purgas en los últimos años, no hay constancia de que los mandos militares, de tradición firmemente laica, tengan simpatías por la cofradía religiosa.

Hoy, frente a una multitud de seguidores en una plaza de Estambul, Erdogan hizo un llamado para que Estados Unidos extradite a Gülen.

Horas antes, también el primer ministro turco, Binali Yildirim, había señalado que un país que acoge al «líder del Estado paralelo», nombre con la que las autoridades turcas se refieren a la cofradía que encabeza Gülen, no puede ser un amigo de Turquía.

Gülen ha negado toda implicación y ha condenado el golpe, mientras que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, instó a Turquía a presentar pruebas de su vinculación.

Fuente: Telam

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