Hay que ganarlo, no importa cómo se juegue, lo que vale es el festejo cuando se trata del clásico: se goza con el sufrimiento y frustración del rival. El espíritu amateur aflora y predomina en este tipo de juegos en donde el amor por el escudo es la principal obsesión.
Pero cuando no hay un ganador las caras largas se observan por doquier, como sucedió en la tarde dominical en Mendoza tras el magro empate sin goles registrado entre Godoy Cruz y San Martín de San Juan en una nueva versión del clásico cuyano.
El primer tiempo mostró un amplio dominio de San Martín. Es que el Verdinegro de Pipo Gorosito dispuso de varias oportunidades para quebrar la resistencia del arquero Rodrigo Rey. Javier Correa, en el final del primer acto, tuvo una gran oportunidad de haber puesto en ventaja a Godoy Cruz.
El complemento tuvo un comienzo electrizante. Javier Correa disparó de media distancia y Corti mostró seguridad para atrapar la pelota. Luego fue Mauricio Casierra, de tiro libre, quien reventó el travesaño cuando poco podía hacer el portero del Expreso mendocino.
Pero nada más fue un espejismo, ya que ambos se preocuparon más por cuidar el cero en su propia portería que en tratar de romper la del contrario convirtiendo el juego en un pésimo partido.
Fuente: la nación