El episodio ocurrió en la tranquila playa de Son Serra de Marina, situada en el municipio mallorquín de Santa Margalida, donde no había más de siete personas, según detalló La Vanguardia.
«Como tenía el día libre, decidí irme sola con mis dos perros a una playa apartada del alboroto de la ciudad. Me pegué una hora en coche y luego una caminata para ir a la parte más tranquila. Cuando encontré un sitio bonito, tranquilo y sin más perros a la vista, me tumbé a relajarme. Por el camino venía detrás de mí este señor. También buscaba un lugar donde sentarse y lo hizo a unos metros de mí, en paralelo», relató la mujer.
Al principio, le costó darse cuenta de lo que estaba pasando: «En un momento me giré y lo vi. No le di importancia porque se podía estar sacudiendo la arena de encima. Pero ya en el segundo vistazo me di cuenta de que se estaba haciendo una paja descaradamente. Tumbado y mirándome».
«Ni siquiera trató de disimular tapándose con una toalla o poniéndose detrás de las dunas. Como fue tan descarado, me levanté y le pregunté si le parecía normal», siguió contando la joven.
«Este tío que estoy grabando se está pajeando mientras me mira en la playa», dice la joven en el video, que ya se viralizó como modo de alerta en las redes sociales.